viernes, marzo 29, 2024
Opinión

Nuestro personaje

*Aaron Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Al inicio de una película, normalmente, se plantea una historia o una serie de ellas que llevaran poco a poco al espectador a adentrarse en una trama que pretenderá mostrar diferentes tipos de vista sobre un asunto especifico.

En lo personal, la mejor parte de la película es aquella cuando ya estas totalmente integrado a la historia y vives con los personajes cada suceso, cada sorpresa y acontecimiento; tu mente se transporta a los parajes y escenarios que el guionista expone en su trama y, de pronto, estás listo, expectante al desenlace de la historia.

Así mismo, como en la película, en ocasiones y sin darnos cuenta, nos vamos adentrando en la historia de alguien más, comenzamos a seguir un guion con papeles que no nos corresponde interpretar y a andar el camino escrito para otra persona.

Cada etapa de nuestra vida nos lleva a la siguiente; es decir, la experiencia de lo vivido nos dicta el camino a seguir y cómo seguirlo, las directrices que le guiarán, las dictará la ocasión que se presente.

No es que nos dejemos al viento, sin dirección alguna, más bien, caminar con los pies bien puestos en la tierra, para seguir un camino propio.

Para algunos bastará con sentarse a ver la película, con un buen vaso de refresco y un recipiente lleno de palomitas, siempre es más fácil opinar de lo que vemos desde la comodidad de nuestro asiento, que ser parte de la historia y enfrentar las consecuencias, para bien o para mal; pero en la vida real, nuestras oportunidades son mayores.

El rey Salomón decía que debajo del Sol no hay nada nuevo, solo se escribe de diferente forma; en lo personal, esa es la parte que más me gusta, tener la oportunidad de escribir cada capítulo de mi vida, no tan solo seguir la historia de alguien más.

Los seres humanos nos definimos por la capacidad de actuar diferentes roles, estamos perfectamente diseñados para representar cualquier papel que nos den, pero, un buen actor, al tomar el guion, asume el rol que le corresponde, después de estudiar su personaje y decidir, cuidadosamente, lo que debe interpretar y lo que es mejor no interpretar.

Esto es, como actores, necesitamos desarrollar la capacidad de entender y visualizar lo que conviene o no interpretar; no todos los personajes serán favorables, ni todos los caminos serán necesarios, en cada caso, tomar decisiones pertinentes y bien calculadas, con respecto a nuestro rol en cada episodio de nuestra vida.

Friedrich Nietzsche decía que los grandes pensamientos aparecen al andar, cuánta razón tiene esa frase, ya que, a cada paso del camino, encontraras nuevos escenarios y nuevos posibles horizontes, diferentes aspectos y oportunidades; seguramente, seguir avanzando ampliará el plano de nuestra vida.

El mundo que nos tocó vivir es uno, que se define por la expresión de diferentes cosas, el desarrollo tecnológico, la cultura, la modernidad, el medio ambiente, las acciones y sucesos éticos y el planeamiento de la moral.

No es poca cosa el papel que nos toca desempeñar en esta vida y lo mejor de todo es que no tenemos que realizarlo siempre solos; nuestra familia, nuestros amigos, la gente que forma parte del entorno que nos rodea, cada uno desempeña un papel único en el guion de esta hermosa historia.

Vivamos en paz, busquemos rodearnos de los elementos necesarios para desempeñar bien el papel que nos tocó, pero, sobre todo, formemos parte con emoción y orgullo de este gran elenco; porque a pesar de las circunstancias que se presentan, el show siempre debe continuar.

Que Dios les bendiga ricamente.

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