sábado, diciembre 14, 2024
Opinión

Una actitud correcta

Aarón Dávila

Foto: Especial.

Winston Churchill Político británico. En cierta ocasión dijo:

“Las actitudes son más importantes que las aptitudes.” Cuánta razón tenía Winston Churchill al decirlo. La actitud resuelve la intención y la aptitud la capacidad.

Con especial atención he enseñado a mi hijo que podemos ser las personas más calificadas para tal o cual actividad y tener el conocimiento necesario para desempeñar lo que sea, pero, si no lo hacemos con dedicación, con deseo de hacer bien las cosas y especialmente con amor, entonces, de nada sirve.

Permítanme explicar mi punto con esta pequeña anécdota: A mi hijo le gusta mucho la fotografía, por lo que, tenía un deseo especial por comprar algunos lentes fotográficos para su celular debido a la movilidad que le permite en todo momento y evidentemente, lo práctico que es llevar únicamente sus lentes en una pequeña cartera y no el maletín completo de la cámara, cargando cámara, accesorios y los lentes.

En fin, el caso es que ahorró con toda dedicación y esmero lo suficiente para comprar sus lentes, cuando logro la cantidad que necesitaba me dijo: –papá, ya junté el dinero que necesito para comprar los lentes para la cámara de mi celular y voy a pedirlos para que me los envíen por paquetería-.

Por supuesto que lo apoyé al ver con cuanta dedicación y amor, hizo todo para lograr su objetivo y esa es precisamente la diferencia en todo.

Mire usted, mi hijo pudo tan sólo extender la mano hacer un buen berrinche y esperar pacientemente que le compraran sus lentes.

En tal caso, su capacidad y talento fotográfico hubieran sido totalmente empañados por una actitud equivocada, pero él entramo dedicado esfuerzo por lograr su objetivo y el interés, el amor y el empeño con que planeo todo pacientemente, le permitió finalmente, tomar fotografías con sus lentes nuevos.

Es por lo que decimos que: en la actitud esta la retribución a todo lo que hacemos. Permítame contarle mi experiencia al respecto. Normalmente por las mañanas, disfruto mucho el sentarme a leer acompañado de un buen café. En lo personal, busco que mi primera lectura del día, sea algo que edifique y enriquezca mi vida, es decir; que me instruya referente a valores, a la forma de mejorar mi entorno, testimonios y casos de éxito referentes a la vida sana de la familia, literatura, tal vez algo de poesía, algún pasaje de la biblia por supuesto, donde he encontrado la mayor de mis riquezas y claro, le doy un vistazo al acontecer noticioso, nacional e internacional.

Al finalizar mi tiempo de lectura, tomo también el tiempo necesario para reflexionar sobre todo lo leído, ese es un momento particularmente especial para mí, al que no presiono con prisa alguna.

El apóstol Pablo decía que al final de todo, es particularmente importante tomar tiempo así, para reflexionar sobre todas las cosas vividas o recibidas.

Ahora bien, de todo lo vivido o recibido, es importante tomar lo bueno y desechar lo malo; hacer a un lado lo que no nos conviene guardar.

Todo aquello que no causará, ni a nosotros, ni a nuestra familia y en consecuencia por su puesto tampoco a nuestra sociedad, bien alguno.

Y es así de claro, las cosas que no nos edifican, se tornarán en lastre que de apoco, nos causará un mal crónico: cansancio, desinterés, aburrimiento y claro está, una mala actitud general hacía la vida misma.

Me gustaría hacerle notar que todo lo expuesto hasta el momento, indudablemente requiere voluntad y una correcta, además; es necesario tener la buena voluntad de cambiar, de ser positivos, de mejorar las cosas, de esforzarnos al máximo por alcanzar nuestras metas.

Es decir; voluntad de hacer es igual a, la acción propicia para que las cosas sucedan y le recuerdo que hablamos de desarrollar la capacidad de reconocer lo que no nos es provechoso, ni edificante, y la necesidad de tomar el tiempo suficiente para reflexionar entorno al estado de nuestra vida.

El Apóstol Pablo, decía: “La noche ha avanzado, y se acerca el día. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas, y revistámonos de las armas de la luz. Vivamos con honestidad, como a la luz del día…”

Pablo se refiere a un asunto de vital importancia: La noche representa en este caso, los problemas que hemos vivido y enfrentado en la actualidad, lo que parece tan difícil y lejano de acabar, pero, la voz de esperanza ahora es:

“La noche ha avanzado, es decir; lo que nos dañaba o buscaba dañarnos, ya avanzo tanto como pudo, pero no logro derrotarnos, de manera que, no debemos permitir que el desaliento nos consuma, porque el día que representa la luz, la oportunidad y la solución de los problemas se acerca y entonces encontraremos o lograremos ver con claridad, la solución a las luchas, que no nos permitían vivir tranquilos.

Por tanto, desechemos, despojémonos, de los efectos de la noche, lo que no nos edifica, el lastre de nuestra vida, lo que nos hace caminar lento y vivamos en paz, tranquilos con esperanza, con honestidad, como a la luz del día.

Vivir con una correcta actitud nos hace vivir tranquilos y con mucha esperanza en caja.

No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.

Proverbio holandés.

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