martes, diciembre 17, 2024
Educación

Indispensable que juventudes aprendan a externar sus emociones sin prejuicios

Foto: Collage.
La psicóloga, María Fernanda Perea Licea, apuntó que “todas las emociones tienen una función y no deben categorizarse como negativas y positivas, sino como agradables y desagradables”.

Las emociones que se reprimen son aquellas que son tachadas de negativas como lo es el enojo, la tristeza y el miedo, señaló María Fernanda Perea Licea ante la comunidad del Centro Universitario Valle de Chalco de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). 

Durante la conferencia “Autocuidado Emocional”, la especialista alertó que el suprimir dichas emociones provoca que el cuerpo reaccione y expulse estás sensaciones a través de enfermedades como dolor de cabeza y estómago, gripe, vómitos entre otras alteraciones graves.  

Perea Licea manifestó que el contexto, la crianza y el ambiente familiar desde la infancia, influyen en la forma en que procesamos nuestras emociones; “la mayoría de los cuidadores invalidan las emociones que los infantes tienen buscando distraerlos para que estos las repriman, situación que provoca que al crecer estos no sepan identificarlas ni demostrarlas”. 

En la Autónoma Mexiquense, la psicóloga apuntó “todas las emociones tienen una función y no deben categorizarse como negativas y positivas, sino como agradables y desagradables” ; especificó que la tristeza ayuda a procesar pérdidas y conectar con uno mismo, el miedo tiene la función de protegernos del peligro, el enojo ayuda a poner límites ante aquello que no nos agrada, por lo que es importante ser empático con las emociones de los demás y no buscar que las repriman. 

María Fernanda Perea Licea invitó a los estudiantes del Centro Universitario UAEM Valle de Chalco a analizar lo que influye en la manera en que viven sus emociones y a aceptar lo que sienten sin enjuiciarse, mencionó “el cuerpo es el mejor aliado por lo que se deben identificar las sensaciones corporales que provocan determinadas emociones y aprender a canalizarlas con paciencia”. 

La especialista y colaboradora en “Huitzilli, Centro de Atención a la comunidad” concluyó su participación brindando técnicas para trabajar con las emociones, entre ellas el uso de un diario en el que se escriba sin filtros, actividades como la pintura, dibujo y la meditación, además de realizar ejercicios corporales con respiraciones continuas, recomendó buscar personas que sean un espacio seguro en donde puedan expresarse más allá de lo que socialmente es visto como aceptable.

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