Debates: la estrategia por la gubernatura del Estado de México
De acuerdo con el Código Electoral del Estado de México, las aspirantes a la gubernatura están obligadas a debatir en dos ocasiones; sin embargo, la misma ley no contempla una penalidad para quienes no asistan a dichos ejercicios de contraste de ideas. En este tenor, la precandidata del PRI, Alejandra del Moral, solicitó al Instituto Electoral mexiquense la realización de cinco debates. En estos va parte de la estrategia de campaña de las dos alianzas electorales. Si le preguntamos a Morena, el PRI y sus aliados, solicitan muchos debates porque van abajo en las preferencias de los ciudadanos; si le preguntamos a Alejandra del Moral, seguramente confía en tener mejores discursos y propuestas para los ciudadanos, entre más vean sus ideas, considera que La Mayoría Silenciosa votará más por ella.
Para entrar en contexto, de acuerdo con el Artículo 73 del Código Electoral en mención: El Consejo General organizará dos debates obligatorios entre todos los candidatos a Gobernador… Los debates obligatorios de los candidatos a cargo del mandatario estatal serán transmitidos por las estaciones de radio y televisión de las concesionarias de uso público. El Instituto promoverá la transmisión de los debates por parte de otros concesionarios de radiodifusión con cobertura en la entidad federativa que corresponda y de telecomunicaciones. Para la realización de los debates obligatorios, el Consejo General definirá las reglas, fechas y sedes, respetando el principio de equidad entre los candidatos.
Alejandra del Moral, precandidata del PRI-PAN-PRD, retó hace un par de semanas a Delfina Gómez a debatir cinco veces con los temas de seguridad, economía y empleo, transporte y movilidad, salud y educación y desarrollo social.
Aunque debatir es un ejercicio que favorece a La Mayoría Silenciosa por el contraste de ideas, porque ahí se dice el cómo y cuándo van a hacer las promesas, debatir no asegura que los ofrecimientos dichos en campaña se vayan a realizar. El cumplimiento de las promesas en campaña, durante el ejercicio de gobierno se olvida, en algunos casos y en otros, la realidad les demuestra a los gobernantes que no es tan fácil cumplir.
Recordemos a Arturo Montiel al decir, los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas; o Alfredo del Mazo bajar los índices delictivos en tres meses; al presidente Obrador bajar la gasolina a diez pesos; Enrique Peña con sacar al Ejercito de las calles, Fernando Zamora al prometer acabar con los baches en Toluca, y así podemos llenar no páginas, sino libros de promesas hechas en los municipios, estados y en el país.
Lo cierto es que las encuestas en promedio manejan entre 14 y 20 puntos de ventaja para Delfina Gómez, nada la obliga a debatir, porque los debates son obligatorios, pero no hay penalidad para quien no asiste. A Del Moral le urge subirse a la contienda, por eso debatir es prioritario para ella, pero su aliado el PRD tiene otro punto de vista; recrean la misma película del 2017 en donde cada crítica a Delfina Gómez lejos de perjudicarla le subía puntos, ejemplo de ello, su imagen, su forma de hablar “requetebién” y todo lo que la hacía parecer una humilde maestra de escuela, aspectos criticados por sus oponentes, fueron calificados como clasismo. También hay que tomar en cuenta que Delfina Gómez no es la misma de hace cinco años y que su experiencia y roce político han crecido con los cargos que ha ostentado como senadora y secretaria de Educación.
Los debates también tienen una difusión limitada, el grueso de la población no tiene acceso al contraste de ideas; La Mayoría Silenciosa en general no está interesada en informarse o ver un debate, desilusionados de las promesas que les hacen cada tres y seis años han perdido la esperanza de que las cosas mejoren; muchos están más preocupados por satisfacer las necesidades de su familia o personales. Sería bueno que los partidos ofrecieran despensas para quien vea un debate y no a cambio de su voto.
Del Mazo un lastre para Alejandra del Moral
Muchas encuestas reprueban el actuar del gobernador Alfredo del Mazo, su calificación a unos meses de dejar la gubernatura es reprobatoria y con eso tiene que cargar Alejandra del Moral, con el lastre que representa un gobernador con malos resultados, con un trabajo escaso y con una imagen de perezoso.
Entrar en una campaña con la calificación de tu gobernador de cinco o menos, es todo un reto, debatir, sabiendo que sus logros fueron paupérrimos y que tú fuiste parte de su gobierno es todavía más lamentable. Vamos a ver cómo justifica Alejandra del Moral esos números de su gobernador.