La cruda verdad
*José Agustín Guevara Villa*
¿SE NECESITABA DEMOCRATIZAR EL PODER JUDICIAL?
Con la definición (o indefinición más bien) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se continúan las acciones para hacer cambios en el Poder Judicial de México.
Bajo la falacia de “democratizar” a dicho pilar de nuestro Estado Nacional, se ha establecido un procedimiento para correr a magistrados y jueces y sustituirlos por otros que deberán cumplir ciertos requisitos mínimos para accederá a tan importantes cargos de la administración de la justicia.
La pregunta que surge entonces es: ¿Basta con cambiar a las personas para que todo el sistema de administración de justicia la otorgue a los mexicanos? Yo creo que no, por eso digo que es una falacia.
Se elige a la Presidencia de la República, a las Senadurías, a las Diputaciones Federales, a las Presidencias Municipales, a las Diputaciones Locales; todos de manera democrática. Y siguen habiendo, en todos esos puestos, gente inútil, huevona, corrupta, servil a sus líderes no a sus electores, hipócritas que hablan de austeridad pero se hacen comilonas de millones de pesos.
Por eso digo que es una falacia, que según el Diccionario de la Real Academia Española es:
1. f. Engaño, fraude o mentira. No lo creas, es una falacia.
2. Engaño, fraude, falsedad, mentira, calumnia, embuste, dolo, abulencia.
No se necesitaba cambiar a las personas, se necesitaba que el sistema funcionara. Un sistema que se aceita actualmente con dinero, influencias, recomendaciones, influyentismo. El sistema violado por el propio sistema.
¿Sinceramente ustedes creen que cambiando a las personas se va acabar la corrupción, el compadrazgo, el influyentismo? ¡Y más con quienes nos gobiernan! Que han demostrado ser más ineficientes, ineficaces, inútiles, carentes de ideas, carentes de creatividad, pero más hipócritas y cínicos.
Las cosas no caminaban ni caminan bien, pero con esos cambios de simple maquillaje de gatopardismo, no van a solucionarse nuestros problemas.
Según la experiencia de los últimos seis años, desafortunadamente, los cambios son para un “quítate tú para poner los míos” pero que todo siga igual.
En este espacio estaremos dando cuenta de la historia de quienes sean “elegidos” como nuevos integrantes del poder judicial. Claro, con la amable aportación de quienes tengan sus historias. Seamos reporteros todas y todos.