Un verdadero liderazgo
*Aaron Dávila*
En esta ocasión quiero hablarles del verdadero liderazgo, aquel que se vive y debe vivirse en la vida diaria.
Normalmente cuando se habla de liderazgo, por alguna extraña razón, a los conferencistas les urge llegar al tema laboral o político; en mi caso, me urge más tocar otros asuntos con antelación.
En primer lugar, me interesa reconocer algunos principios del liderazgo, aquellos que le dan motivo.
Por tanto, entrando en tema, comencemos por definir y entender: ¿Qué es un líder?, primeramente, e inmediatamente después ¿qué es el liderazgo?
Líder es quien sabe (noción de conocimiento) guiar, dirigir o mover su propia vida y la de otros, y por supuesto, es seguido voluntariamente por los demás. ¿Déjame ver quién te sigue?
Liderazgo (acción o ejercicio del líder) es la capacidad de guiar, mover y llevar tu propia vida y la de otros a hacer o alcanzar cualquier lugar o situación que el líder proponga.
No obstante, el correr del tiempo, la experiencia, no siempre es favorable a toda causa; la memoria de los días pasados nos permite construir los días venideros.
Inminente surgen dos preguntas: ¿Quién puede ser llamado líder? y ¿cómo ejercer un verdadero liderazgo?
Quien se jacte de ser un líder, o busque serlo, debe desarrollar 5 cualidades fundamentales.
La primera de estas es: congruencia. Sus pensamientos y sus acciones no luchan entre sí, sus motivos, y cuál debe ser el siguiente paso, le son claros; el testimonio de su vida habla más que sus palabras.
En segundo lugar: un líder debe ser integro; es decir, una persona recta, probada e intachable. A esto le llamamos autoridad moral.
La autoridad moral no es otra cosa más que tener la capacidad y la disposición de dejar ver a quienes pretendes liderar, los valores que rigen tu vida, sin temor de hacerlo.
En tercer lugar: un líder sabe ser negociador. Maneja los asuntos de la vida diaria de la manera correcta, en el momento correcto; entiende la importancia de reconocer la capacidad de quienes caminan a su lado, sabe alternar responsabilidades y turnos de acción, medir los resultados de su equipo y mediar las situaciones que se presenten. Logra mantener en armonía las acciones de quienes lo siguen.
En cuarto lugar: un líder sabe vivir con valores. Es una persona de principios, que reprueba los antivalores; entiende y practica la regla de oro, “haz con los demás todo lo que quieras que los demás hagan contigo”.
Un líder procura el bien común, promueve el respeto, la tolerancia y la paz entre su equipo o quienes lo siguen.
En quinto lugar: un líder es osado. Es resuelto, atrevido, no teme enfrentar los retos, es determinado; su sí siempre es sí y su no siempre es no. Esta es, además, una cualidad propia de una persona emprendedora, entendiendo por emprendedora a aquella persona que busca nuevos horizontes, que no teme a enfrentar diferentes retos, ni alcanzar nuevos destinos.
Bueno, teniendo en claro quién es un líder y las cualidades que debe mostrar; entendamos ahora el liderazgo y sus tipos.
El liderazgo es la acción del líder y es, además, una acción continúa; muchos piensan que el liderazgo sólo se ejerce de 9 a 2 y de 4 a 8. El líder podrá y deberá ejercer 5 tipos de liderazgo.
En primer lugar: tenemos el liderazgo personal. Este nos permite la claridad de saber siempre a dónde ir y cómo dirigirnos. No podemos esperar liderar a otros, si no logramos guiar nuestra propia vida antes.
Saulo de Tarso decía a uno de sus discípulos: “Procura en todo ser ejemplo de virtud y sabiduría”. Aprender a guiar de la manera correcta nuestra vida, en lo personal, da como resultado eliminar el protagonismo, la jactancia o el yoyísmo. Primero yo, después yo y siempre yo, “ninguno tenga mayor concepto de sí, que el que debe tener”.
En segundo lugar: el líder deberá ejercer el liderazgo familiar. El primer acierto de un líder es saber ejercer su liderazgo en su entorno familiar.
Al respecto, me pregunto: ¿Deberá un padre ser líder de sus hijos?
Por ejemplo, ¿será que un esposo deba saber liderar a su familia o una esposa, en su caso? En la familia ser líder es compromiso de ejemplo.
Han escuchado aquella frase que dice: “No puede con su familia y quiere decirnos cómo”. Un verdadero liderazgo hace cimiento en su familia y después construye.
En tercer lugar: el ejercicio del liderazgo laboral. Para los que aún no lo han notado, los jefes se extinguieron con el último de los mohicanos; los jefes en la actualidad ya no funcionan.
La palabra jefe deriva del francés chef (jefe de cocina) y, de esta, a su vez deriva la palabra caput (cabeza); tanto chef como caput establecen una jerarquía o rango superior y denota superioridad a quienes ordenan, se les llama subordinados o quienes están debajo de.
En el ejercicio laboral es importante señalar que, en la actualidad, dar órdenes y subordinar son acciones que no competen más al líder, ya que la actitud, de este último, guía, no da órdenes solamente, camina junto a sus seguidores y por ningún motivo condena. Su función primaria es establecer el camino a seguir y caminarlo delante de los demás, para demostrar cómo seguirlo.
En cuarto lugar: el liderazgo social. Ejercer un liderazgo en nuestro entorno social nos permite dejar de ser maceta y salir del corredor; por ejemplo, entre nuestros vecinos, en la escuela de nuestros hijos, en un club u organismo social.
En quinto lugar: ejercer un liderazgo de mazas. Este tipo de liderazgo te permite influir en la toma de decisiones de tu sociedad; como ejemplo mencionaré los procesos electorales. El liderazgo de masas nos permite establecer el bien común.
Conclusión
Ya sea en el campo de batalla o en una empresa, los mejores líderes siempre son capaces de inspirar grandeza en los demás a través de sus palabras y acciones.
Y aunque los problemas a los cuales se enfrentan los países y las compañías han cambiado, con el pasar de los años, las cualidades de los líderes efectivos permanecen.
La actualidad demanda verdaderos liderazgos, liderazgos asertivos, congruentes, de una sola cara.