jueves, noviembre 21, 2024
Opinión

Acciones y sucesos éticos

*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

En nuestra vida diaria emprendemos acciones determinantes que establecen principios de vida, para bien o para mal, consciente o inconscientemente.

Es decir, para muchos es normal quedarse con el cambio después de algún mandado o mentir respecto a su situación de vida.

Por ejemplo, y este es un clásico, cuando va la vecina a la que tanto queremos y pregunta por nosotros, le decimos a nuestro hijo: Dile que no estoy; nuestro hijo, ni tardo ni perezoso, va y le dice: Que dice mi papá que no está.

La ética nos dice que el carácter establece los principios o valores a sostener; es decir, lo que nos ayuda a tomar decisiones en nuestras vidas.

Pudiéramos hablar, por ejemplo, de criterio (¿qué hacer?) y sentido común (hacerlo o no hacerlo).

Permítanme contarles esta pequeña historia que ilustra perfecto nuestro asunto.

La mancha delatora

Veinte empleados del servicio postal de un aeropuerto se dedicaban a una actividad lucrativa; sustraían de los bultos de correspondencia, que llegaban en los aviones, dinero en efectivo y objetos de valor.

Creyendo haber hallado un tesoro inagotable, siguieron esa práctica, sin ser detectados durante mucho tiempo.

Se sabía que había cosas que se estaban perdiendo, pero no se sabía de qué manera.

¿Cómo descubrir a los ladrones? Se preguntaron; de pronto, alguien tuvo una idea, regar sobre algunos paquetes y sobres nitrato de plata, ponerlos en los bultos de correspondencia y enviar esa correspondencia al aeropuerto donde se efectuaban los robos.

El nitrato de plata es una sustancia química que mancha los dedos y no se borra fácilmente, y así se hizo.

Los veinte hombres, como si nada, continuaron con su actividad ilícita sin imaginar lo que se les esperaba.

De pronto, notaron las manchas en los dedos, manchas marrones, intensas, que no salían ni con agua ni jabón, ni con ninguna otra cosa.

Esa era la prueba que los inspectores esperaban. Las manchas descubrieron a todos y cada uno de los delincuentes.

El delito mismo que cometían había dejado, en sus dedos, las manchas delatoras. No había forma de que pudieran negar su fechoría, y todos fueron procesados.

Esta es una historia popular que nos enseña algo muy importante que quiero compartirles en esta ocasión.

Hay una ley indefectible que nadie puede burlar; es la ley que declara que el hacer el mal siempre deja manchas.

No siempre serán manchas de nitrato de plata, o de polvo de carbón, o de tinta indeleble; pero la mentira, la corrupción, lo deshonesto, va manchando el carácter, la conciencia y el corazón de las personas, y así como lo hace el nitrato de plata, deja también su mancha delatora en la vida de todo el que infringe y olvida hacer el bien.

Es verdad que mientras no tenemos conciencia de lo que es correcto o incorrecto, nada o poco, podemos hacer para cambiar o mejorar, pero es exactamente eso lo que ha dañado tanto a nuestra sociedad actual; actuamos sin conciencia del mal, debido a nuestro desconocimiento por lo valores, que son estos los que nos hacen volver la mirada hacia lo correcto.

Comencemos por identificar plenamente los valores y sus anti-valores, porque al hacerlo tendremos conciencia de nuestras acciones y así lograr cambiar lo que no está bien en nuestras vidas.

Valor y Anti-Valor

Amistad-Enemistad

Compasión-Crueldad

Comprensión-Incomprensión

Determinación-Doble animo

Dedicación-Decidía

Esperanza-Desesperanza

Entereza-Flaqueza

Fortaleza-Debilidad

Generosidad-Avaricia

Gratitud-Ingratitud

Honestidad-Deshonestidad

Humildad-Soberbia

Justicia-Injusticia

Lealtad-Deslealtad

Orden-Desorden

Paciencia-Impaciencia

Paz-Desesperación

Perdón-Rencor

Prudencia-Imprudencia

Puntualidad-Impuntualidad

Respetuoso-Irrespetuoso

Sinceridad-Hipocresía

Simpatía-Antipatía

Valentía-Cobardía

Tener conocimiento de lo correcto, y lo que no lo es, nos permitirá crear consciencia de aquello por lo que debemos luchar, ya sea para sumar o para restar.

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