Ante incendios forestales, en Temoaya piden justicia y se solidarizan con leña
*José Ángel Gutiérrez*
Cuando sobrevienen los incendios forestales los primeros estragos recaen sobre los árboles, con una cadena cuyo comienzo del “pirómano” llega a su fin hasta el aprovechamiento de la leña muerta y la petición ciudadana de evitar estas quemas que dañan los pulmones naturales.
Un caso como este lo viven moradores en paraje Llano Blanco, comunidad de San Pedro Abajo, 1ª sección, municipio de Temoaya, al costado de la carretera Centro Ceremonial, una de las casi 45 zonas que movilizaron a servicios de emergencia en la temporada de estiaje.
Este miércoles se encontraba una pareja de adultos mayores en compañía de Adela Martínez, responsable de la zona, quien cedía leña caída de ejemplares quemados a estas personas de escasos recursos, al tiempo de contemplar con impotencia los daños forestales.
“Cuando inicio el incendio me percaté por el humo. Venia del centro de Temoaya y fuimos a avisarle a mi tío, quien es dueño de este cerrito, y vino con su familia a apagar el fuego, ya que se quemó toda esta parte de arriba”, refirió doña Adela mientras mostraba el suelo dañado.
“Con el aire se caen las puntas [de las ramas] y venimos a retirarlas para que las aprovechen los vecinos a quienes les hace falta la leña. Yo se las obsequio, pero a través de que vienen y recogen se benefician para utilizarlas quienes no tienen algún tipo de combustible”, añadió.
Adela refirió que al sitio ha acudido personal de la presidencia municipal, con el fin de supervisar el tema de los vestigios de las quemas, aunque ella les aclara que esos árboles no son derribados, porque caen por el propio peso, al quedar frágiles tras los diversos siniestros.
En tal sentido hizo un llamado a evitar igniciones forestales, porque califica de injusto que mientras ella y otras personas reforestan, otros talan o roban partes verdes, al tiempo de hacer quemas irresponsables, esto último con el posible fin de robar la leña en días posteriores.
“Es gente inconsciente que quema las cosas, a lo mejor los [vecinos] de Tlaltenango [comunidad vecina] lo hacen con un fin: robarse la leña, pero no sólo lo seco, pues tengo que lidiar con ellos porque se llevan lo verde del cedro y no se nos hace justo”, recriminó.
Finalmente estableció que exigen justicia, porque a veces llaman a la patrulla municipal, quienes no se presentan al saber la ubicación en el cerrito, de ahí el llamado general a tomar consciencia del daño ecológico, porque los bosques son esenciales para la biodiversidad.
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