Buscan alianzas con productores en defensa del maíz nativo
*Melchor García*
Frente a la presión de la industria para la producción de maíz genéticamente modificado; productores nacionales buscan alcanzar una gran alianza para frenar cualquier intención en la generación de este alimento transgénico en nuestro país.
De acuerdo con el presidente del Consejo Nacional de la Central Campesina Cardenista, Max Correa, es necesario que todo el sector respalde la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum para defender al maíz nativo de México, y a sus distintas variedades, ante la insistencia de intereses económicos por darle un espacio a este producto.
“Como organización nosotros respaldamos la postura de la presidenta, que ya anunció que va a enviar una reforma constitucional para prohibir la siembra producción del maíz transgénico para consumo humano”, expuso.
Recordó los riesgos en el maíz transgénico que afecta la biodiversidad, esto al ser México lugar de origen del alimento de forma nativa. La producción de los transgénicos, sostuvo, nos pondría en un problema de seguridad y soberanía alimentaria.
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Con ello los productores pretenden confirmar gran bloque que garantice que las más de 500 mil hectáreas de maíz en el Estado de México, en ellas se evite este producto modificado, pero también buscando un mayor rendimiento desde el cuidado de sus suelos y la dotación de infraestructura de riego, pues reconoció que en este objetivo deberán incrementar la producción del campo nacional.
Detalló que en este momento la Central Campesina Cardenista está en un proceso de reorganización de cara a que a finales del mes de enero se lleve a cabo su primer Congreso Estatal. Para ello en el último año llevaron a cabo más de 90 asambleas municipales en zonas rurales, la expectativa es llegar al menos 100 para iniciar entonces un nuevo proceso de afiliación de integrantes.
En el Estado de México la meta es llegar a 100 mil agricultores debidamente afiliados. El maíz nativo puntualizó, no daña la salud del ser humano frente a los transgénicos que están acompañados de un paquete genético de pesticidas y herbicidas reconocidos como tóxicos y cancerígenos.
“Su memoria genética almacena precisamente la resistencia al cambio del clima, a la sequía, al exceso de lluvia, al frío, a las plagas, a las enfermedades, ahí está la riqueza del maíz nativo y por eso el no depender del maíz transgénico”, declaró.