Civilidad a cuesta
*Aarón Dávila*
Prácticamente todas las personas vivimos en grupo; es decir, formamos parte de comunidades e interactuamos con nuestros semejantes, ya sea que habitemos en una gran ciudad o en un pequeño pueblo, somos parte de la sociedad, a esto se le conoce como ‘espíritu gregario’.
El espíritu gregario tiene muchas ventajas, al vivir juntas las personas nos ayudamos mutuamente, nos hacemos compañía, conversamos, trabajamos, nos divertimos y podemos hacer cosas que no podríamos hacer si estuviéramos solas.
Desafortunadamente, vivir en sociedad no es para nada una tarea sencilla, ya que las relaciones entre los seres humanos, en ocasiones, se tornan complicadas, constantemente surgen malentendidos y personas que pretenden pasar por encima de los más débiles o necesitados, sin consideración alguna, perturbando así la vida de los demás, detractores del bien común, corruptos e intransigentes.
La civilidad es el valor que nos ayuda a que las relaciones entre las personas sean más tranquilas y llevaderas, pacíficas, armónicas y equilibradas.
Este es un valor que nos invita a ser parte de un proyecto mayor llamado sociedad, a caminar juntos impulsados por el solo deseo de salir avante en el acontecer diario, no es una tarea fácil y nadie dijo que lo sería; es por esto por lo que la participación de cada individuo en una comunidad es importante y, sin lugar a duda, generadora de posibilidades.
Vale la pena luchar por este gran valor, con el pie a cuesta y sin importar el temporal que se presente. Somos parte de una comunidad que refleja en sí misma tonos diversos de alegría, de cambio, crisis, autonomía, posibilidad y sintonía.