Constancia, valor que enriquece
*Aarón Dávila*
Algunos piensan que el mayor problema para lograr una meta es simplemente dar el primer paso; el mayor reto es lograr ser constante sobre el tiempo.
Correr un día por la mañana es fácil, pero lo que es realmente difícil es correr día tras día, mes tras mes; cenar una ensalada de verduras se vuelve simple la primera noche, lo difícil es cenar saludable día tras día, mes tras mes, y terminar tus pendientes es fácil un día, lo complicado es estar enfocado y productivo día tras día, mes tras mes.
Sabemos a ciencia cierta que la constancia nos genera los resultados que realmente queremos; nadie tiene duda de que hacer algo de forma consistente es un arma poderosa.
Además, es el único camino para lograr formar hábitos (recuerda que los hábitos son un camino solo de ida), se adquieren por la repetición constante sobre el tiempo y se vuelven permanentes.
La constancia nos conduce a adquirir las herramientas necesarias para alcanzar las metas que nos hemos propuesto, tomando en cuenta las dificultades que se presenten, ya sean de carácter externas o internas, o también la disminución de la motivación personal por el tiempo transcurrido, justifica el trabajo en una fuerza de voluntad sólida y en un esfuerzo continuo para llegar al objetivo propuesto, superando los obstáculos e incluso, venciéndonos a nosotros mismos.
Del latín ‘constantia’, la constancia es la firmeza y perseverancia en las resoluciones, se trata de una actitud o de una predisposición del ánimo respecto a un propósito.
Por ejemplo: Si quieres jugar en la primera división, tienes que ser constante en los entrenamientos.
No siempre estarás motivado, tienes que empezar a ser constante; ser constante, necesita determinación no motivación, aunque si logras combinarlas, realmente contarás con una herramienta poderosa para lograr alcanzar tus objetivos de vida.
Tanto la motivación como la fuerza de voluntad son inseguros, nunca están cuando se les necesita, pero el camino de la determinación y la constancia se hacen seguros, inicialmente, como lo dice Tania Sanz, especialista en desarrollo personal, cuando las metas que fijamos, por ejemplo, son en plazos cortos, ya que las metas que se fijan en plazos muy largos, se vuelven inalcanzables.
De manera que la regla es clara, la constancia debe formar hábitos y los hábitos se convierten en una herramienta poderosa, cuando de alcanzar metas se trata, ya que estos no dependen ni de la motivación, ni de la fuerza de voluntad.
Es por esto por lo que decimos que la determinación se torna una herramienta poderosa en el camino de lograr alcanzar metas u objetivos.
Determinar algo en tu vida deja fuera estar motivado para hacer, determinar es empuje, es acción, es visualizar con claridad, pero, sobre todo, arraigar un deseo en nuestro corazón.
Job decía: Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz.
Fija una meta en tu mente y arráigala en tu corazón, entonces, camina hacia ella, creando poco a poco los hábitos necesarios para construir un camino que te lleve directo hacia ella.
Por ejemplo: “Quiero leer un libro, pero me da flojera”, lo que debo hacer, después de elegir el libro que me llame la atención leer, es fijar un horario y un lugar donde cada día me sentare a leer un poco del libro, inicialmente será una o dos páginas, seguramente me dará sueño, todo se me va a ofrecer en ese momento, todo me será de distracción, llegará el punto donde ya no logre pasar de renglón; no importa, en ese momento separa la página en donde te quedaste, cierra el libro y vuelve a intentarlo al siguiente día.
El objetivo aquí es que al siguiente día, en el mismo horario, regreses al mismo lugar y te encuentres con el mismo libro, seguramente ahora leerás por lo menos una página más.
Quiero que noten que no necesite voluntad alguna o motivación para hacerlo, simplemente estoy creando un hábito a base de repeticiones en un ambiente propicio, creado específicamente para lo que busco realizar.
No planee leer diez libros, ni siquiera el libro más gordo, tan sólo leer un libro. Vamos dejando sin hacer o sin terminar muchas cosas en el camino, pero la constancia es precisamente la que nos permite construir caminos seguros, alcanzables y medibles.