Crece síndrome de ‘Peter Pan’ entre millennials
*Melchor García*
Una baja autoestima y conflictos durante la infancia, relacionados con la toma de responsabilidades, son los principales factores que han reproducido en recientes fechas el trastorno psicológico denominada el síndrome de “Peter Pan”, caracterizado por el nulo interés de la persona en asumir responsabilidades acordes a su edad.
A decir de la especialista en psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Karla Estrada Villavicencio, este síndrome es una deficiencia o trastorno psicológico que se ha detectado en la que los adultos mantienen conductas y comportamientos de niños o adolescentes, pese a presentarse en cuadros de edad entre los de 30 y 50 años en promedio; ésto porque se niegan a aceptar que son adultos, principalmente por el miedo que representa asumir responsabilidades.
Entre ese comportamiento esta la marcada dependencia económica, principalmente hacia los padres, viviendo en su casa, con sus recursos y lo que estos les provean; en contraste, invierten los recursos que obtienen en llenar sus necesidades, que podrían considerarse infantiles, en la compra de juguetes, ropa y diversión, tiempo que disfrutan pasando con personas menores a su edad.
Esto dijo la especialista, además de que genera un carga para sus familias, crea una merma en la economía, ya que este grupo de personas no se suma al aparato productivo.
“Coarta completamente, porque hay distintos grados de manifestación, pero el más grave es que no lleva una relación de pareja, va a depender todo el tiempo de sus padres, ya que no toma el rol de adulto, de protector; al contrario, siempre dependerá de alguien más.”, dijo.
Reconoció que otro generador de este trastorno es la extremada sobreprotección que ejercen los padres en sus hijos, lo que no motiva en ellos la capacidad para valerse por sí mismos.
De igual forma, otra característica del síndrome de Peter Pan, señaló, es el coleccionismo de juguetes o videojuegos como actividad de vida, donde invierten los recursos que obtienen; asimismo, se les conocen pocos relaciones personales y afectivas, en las que no se pueden consolidar ante la falta de interés de formalizar.