jueves, diciembre 12, 2024
Opinión

Culturar en familia

Aarón Dávila

En esta ocasión me gustaría tratar un tema que a mi parecer es especialmente importante. La influencia de la familia en la cultura social.

Todos somos cultura y todos hacemos cultura, pero la familia es el núcleo de la sociedad y como tal, su mover y su proceder es en esencia, el fundamento de una estructura social generalizada.

Ahora mismo, en todo el país dan inicio las vacaciones de verano, los niños, adolescentes y jóvenes, han concluido un período escolar más y con mucho agrado vemos como los parques, calles, centros comerciales, y los diversos centros turísticos, de forma vertiginosa cobran vida.

Cuando la estructura familiar está bien conformada, es decir, que cuenta con sólidos fundamentos; es influyente y determinante en la conformación de una estructura más, la social.

La familia es formadora, es en esencia incluyente, determina valores y sustenta la cohesión de una base social sólida. La cohesión social designa, en sociología, el grado de consenso de los miembros de un grupo social o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común.

Es decir; es el sentido de pertenencia a un espacio común o el grado de consenso de los integrantes de una comunidad, en este caso la familia.

De manera entonces, que la familia establece un principio maravilloso, a mayor estabilidad, mejor condición de vida y que mejor condición de vida que vivir en paz y armonía, tener la capacidad de disfrutar tanto el trabajo como el descanso y sobre todas las cosas, descubrir los beneficios de la unidad.

Recuerdo muy bien aquella canción del cantautor español Joan Manuel Serrat “Cantares”. La letra está compuesta por Antonio Machado, versos que pertenecen a la sección «Proverbios y cantares» del poemario Campos de Castilla (1912) y dice así:

Cantares

(Antonio Machado – Joan Manuel Serrat)

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles,

como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar…

 

Esta canción describe diferentes situaciones de la vida, de manera particular se refiere al impacto que genera la experiencia vivida en el día a día, ya que esta construye el camino por andar para todos los demás.

Vivir, es la máxima experiencia, pero vivir bien, haciendo a un lado lo material meramente, es lo más importante. Vivir en unidad, en paz, con gozo, con esperanza, con motivos frescos y bien definidos.

La palabra Cultura, proviene del latín cultūra o cultus y significa cultivo. Hace acepción a dos cosas significativas. En primer lugar, al Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico y en segundo lugar al Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, familiar, etc.

Dicen que, quién bien siembra, bien cosecha y de eso se trata todo esto. Este es un buen momento para sembrar las mejores cosas en familia, teniendo en cuenta que, lo que sembremos este día en el corazón de nuestra familia, nos permitirá cosechar un buen fruto de felicidad, lealtad y seguridad el día de mañana, pero más aún, hablando de la influencia de la familia en la sociedad. Que sucede cuando una familia bien fundamentada, plena y feliz, interactúa con otros miembros de la sociedad; lo que con certeza sucederá, es que la primera, influenciará positivamente a las demás.

Pero imaginemos el caso contrario, una familia desintegrada, sin amor, sin motivos, sin paz, sin estabilidad, llena de temores e inseguridad, los efectos de su coexistencia con los demás serán devastadores.

Por lo tanto, permítame señalar lo siguiente; no podemos vivir en una sociedad individualista e indiferente, es deber de todos, cuidar con especial dedicación el buen desarrollo de las familias de nuestra sociedad, porque de no hacerlo, detonara una sociedad inestable y por demás frágil e insegura.

Una familia que no se fundamenta sobre valores firmes, en amor y esperanza, es como aquel que construye su casa sobre la arena, cuando el viento recio sopla sobre ella, se desmorona, porque su fundamento era frágil e inestable, pero cuando es fundada sobre la roca firme; será entonces resistente al viento, al agua, al frío y a cualquier inclemencia que se le presente.

La familia sigue siendo y será el pilar de nuestra sociedad y una familia amada, unida, que vive en paz, inspira seguridad y se antoja convivir con ella.

Recuerdo cuando era niño, esperaba con ansía las vacaciones de verano, visitar o ver a mis primos era lo máximo, convivir con la familia, salir al parque o tan solo jugar una cascarita en la calle con los vecinos, nada se comparaba a eso. Podemos sembrar buenos recuerdos en la mente y el corazón de nuestra familia, o podemos simplemente dejar, que las malas noticias o la influencia negativa de otros que solo buscan robar y destruir, siembren tristeza o malas intenciones.

Aprovechemos estas vacaciones, para divertirnos como familia, convivir, alegrarnos, sin prejuicios. Ser padres y ser hijos. Convivir con nuestros vecinos y amigos, en amor y sin temores, dejando a nuestra sociedad la mejor influencia posible, la de una familia sólida y con esperanza, capaz de vencer cualquier inclemencia presente o futura.

Hagamos cultura, seamos familia y formemos una sociedad mejor.

 

Muchas gracias.

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