lunes, diciembre 16, 2024
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De los Valores

El tema que en esta ocasión les comparto, además con mucho interés de aportar al quehacer diario de nuestro entorno personal, familiar y social, la oportunidad de retomar y recuperar todos aquellos Valores, que en términos generales hemos abandonado y arrojado al desuso, es parte de una serie temática que lleva por nombre “Forjadores de Valores”, y que muy atinadamente, diversas universidades como la UAEMEX, me han permitido compartir, con los jóvenes universitarios integrantes de sus diferentes carreras, con el único y puro afán de sembrar una buena semilla en sus corazones, que el día de mañana nuestro país pueda cosechar en abundancia.

Muchas gracias.

 

DE LOS VALORES

 

Por Aarón Dávila

 

Al observar la realidad de nuestra sociedad nos damos cuenta de que somos una sociedad carente de Paz y por supuesto, de Valores. Esenciales, familiares y sociales.

Hace no mucho tiempo, fui invitado a un programa de radio como integrante de un panel, que buscaba resolver diferentes asuntos en torno a la violencia que se vive hoy día en nuestra sociedad.

Avanzado ya el tiempo del programa, en cierto momento, el periodista que conducía el programa, me lanzó una pregunta rápida y a quema ropa.

–Aarón Dávila-  me dijo; -¿Para ti qué es la Violencia?–  A lo cual respondí, luego de respirar profundo y meditar con cuidado mi respuesta por unos momentos.

-Violencia es, la ausencia de Paz en el corazón de los seres humanos-

Recuerdo muy bien su reacción y la reacción de cada uno de los panelistas en aquel momento, en especial la de un connotado abogado sentado a mi lado derecho, que no aguanto más hacer  un comentario y de inmediato me dijo:

-¡A caray! Esa estuvo muy buena compañero, no me la esperaba… –

La ausencia de paz en el corazón de los seres humanos, provoca inestabilidad, y una persona inestable, es capaz de tener cualquier tipo de reacción o de llevar a cabo un acto inesperado o sin control en el momento menos esperado.

Me explico: Imaginemos a un padre de familia que llega por la mañana a su trabajo listo para iniciar un día más de actividad, pero ese día le preparan algo inesperado. Por recorte de personal, debido a la crisis económica por la que atraviesa El País, es notificado de su despido efectivo a partir de  ese mismo momento. Así es que, sin más preámbulo, es llevado lo más amablemente posible a la salida, después claro, de firmar los documentos pertinentes.

Al salir del lugar donde trabajaba, emprende totalmente desorientado el camino de regreso a su casa. A no más de dos cuadras del lugar, se detiene, y llevando su mano a la frente, comienza a pensar en todas las cuentas pendientes por pagar de ese mes, y del siguiente, y del siguiente. La hipoteca de la casa, la escuela de los niños, la mensualidad del auto, la cita con el dentista, la comida de los perros, etc. Es en ese preciso momento, que verdaderamente (como comúnmente se dice) le cae el veinte. No era una pesadilla todo aquello, en verdad estaba sucediendo. Sin pensarlo, se había convertido en uno de los miles de desempleados del País, y a partir de ese momento su suerte estaba totalmente a la deriva. Recordemos que desgraciadamente en México como tal vez en otros lugares, el trabajo más difícil, es encontrar trabajo.

Esa persona, hombre o mujer, en ese momento se convierte en una bomba de tiempo, su corazón late rápidamente y su vida se torna inestable en un instante; no hay que ser genios para entender que esa persona, es capaz de hacer cualquier cosa para resolver su problema.

Si recibió un finiquito honroso que le permita con toda calma buscar otro empleo, el problema será menor, pero si salió solamente con lo que llevaba ese día, ese hombre o mujer, se convierte en un potencial delincuente, o un potencial agresor en diferentes ámbitos.

Es por esto por lo que me atrevo a decir, que el principal problema en nuestro país, no es el alza del dólar, o la baja en los precios del crudo; ni siquiera el narcotráfico o los políticos corruptos.

El gran problema de nuestro País en la actualidad, es  lo que yo llamo <<La fractura de la Paz social>>.

Si un corazón inestable es peligroso, imaginemos lo que puede causar a nuestra estructura social, si lo multiplicamos por diez, o por cien, o por quinientos, o por mil, o diez mil, o cien mil, o un millón de personas en las mismas condiciones.

Es necesario comprender entonces, la urgencia por recuperar la Paz y estabilizar el corazón de los seres humanos. Los Valores Esenciales o primarios establecen los principios a seguir y estos a su vez, juegan un papel determinante en la vida y desarrollo de nuestro modelo social.

Si no logramos la estabilidad de los seres humanos, jamás lograremos erradicar asuntos como la corrupción, el abuso, la mentira o el egoísmo.

Los Valores son inculcados mayormente en el seno familiar. Si la sociedad está enferma, es porque la familia está enferma, tambaleante, con un claro extravío del rumbo a seguir.

Ahora, considero de suma importancia señalar lo siguiente: Debido a que las cifras de divorcio en nuestro País son cada vez más altas, quiero exponer el cuadro completo.

Según el INEGI, la edad media al matrimonio por entidad federativa de residencia habitual de los contrayentes según sexo, del 2010 al 2014 es entre los 25 y 31 años.

Hablando de divorcios. La edad media al divorcio por entidad federativa de residencia habitual de los divorciantes según sexo, del 2010 al 2014, es entre los 35 y 42 años.

Para ser más claros veamos las cifras de divorcio hasta el 2014.

Las cifras de divorcios están así:

Distribución porcentual de divorcios judiciales según persona a favor de quien se resuelve para cada causa de divorcio, 2012, 2013 y 2014.

 

 

Si decimos entonces, que los valores esenciales de los seres humanos se maman en el seno familiar, que sucede cuando esté se desintegra o se ve afectado por la inestabilidad de cualquiera de los miembros, claramente los Valores se verán mermados y echados al desuso.

Esto quiere decir que las familias desintegradas en la mayoría de los casos, arrojarán individuos inestables y carentes de valores a la sociedad. (Una ya de por sí, bastante inestable)

Ojalá pudiera evitarse en todos los casos el divorcio, pero si no, es necesario que la pareja (papá y mamá) respeten el corazón de sus hijos, no dañándolos más de lo que ya están, evitando por lo menos, hablar mal el uno del otro frente a los hijos. Al final del día, siempre serán sus padres, la sabia actitud y enseñanza oportuna de los dos, será vital en la forja y sostenimiento de los Valores que formarán a sus hijos.

 

Este artículo, fue tomado del libro “Valores Para Una Sociedad En Crisis” escrito por Aarón Dávila. Todos los derechos  están reservados en favor del autor. © (R)

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