Desde las Alturas

*Arturo Albíter*

Luego de la desastrosa administración de Fernando Zamora en Toluca, no se observa quien pueda rescatar a un PRI dividido

Para pocos es un secreto que Fernando Zamora es, o al menos hasta que tenía poder y un puesto, allegado al quien fuera secretario particular del ejecutivo federal, Erwin Lino; es por ello que, incluso sin muchos problemas, fue candidato a edil por Toluca una segunda ocasión.

Pero el trabajo que el profesor hizo al frente del ayuntamiento fue tan malo que no sólo perdió, sino que mandó al PRI a ser la tercera fuerza en Toluca.

Aunque muchos afirmaban que, si bien tenía a la ciudad convertida en un caos, también señalaban que la fuerza de su estructura era suficiente para sacar adelante la elección y que sin duda volvería a ser alcalde por tres años más.

Como todos sabemos, el efecto López Obrador, aunado a la soberbia de Fernando Zamora, provocaron una de las peores derrotas del tricolor en la capital del estado. Todos los apoyos que entregó en el norte del municipio, que iban desde calentadores hasta tinacos y despensas, no fueron suficientes.

Y ahora al paso del tiempo y con la cabeza fría se observa que la falta de tacto político, sumado a la soberbia de desdeñar las estructuras del partido, pelearse con actores políticos y el terrible mal que le causaron familiares que indebidamente ordenaban en la administración municipal, provocaron la derrota.

Pero eso es el pasado, pocos o muy pocos saben lo que pasa con Fernando Zamora, se dejó ver en el último evento que el mandatario estatal tuvo en las instalaciones del PRI, pero sólo era la sombra de quien se creía poderoso.

La pregunta es ¿Quién será el encargado de echarse a la espalda al PRI en la capital para sacar adelante un proyecto que resulte medianamente competitivo?

La mayoríavoltea a ver cinco actores que podrían jugar ese papel; entre los primeros se encuentran un par de secretarios del gabinete estatal.

Los dos con igual interés, uno de ellos Raymundo Martínez, el titular de movilidad, y otra Martha Hilda González, quien se encuentra al frente de la Secretaría del Trabajo.

El primero incrustado en el primer círculo del poder desde el sexenio de Eruviel Avila y ahora con Alfredo del Mazo, aunque mucho se menciona su nombre cada que se viene una elección, hasta el momento no se han dado las condiciones para buscar la presidencia municipal. De fuerte temperamento y “mecha corta” el funcionario no se distingue por buscar alianzas y mucho menos por trabajar a la sombra de alguien más.

Martha Hilda González por su parte se quedó cerca de ganar su distrito en la pasada elección y aunque hizo de todo y se la pasaba bailando en muchos de sus eventos, de ahí que era la “candidata bailadora” la división de los priistas en Toluca le cobró factura aunado a la aplanadora de Morena.

Una política con un carácter más relajado que su compañero de gabinete y con pocos problemas para formar alianzas; Martha Hilda busca acercarse a diferentes sectores de la población, nada más recordemos que asistió a la toma de protesta del dirigente de estacionamientos en Toluca y no tuvo problema de compartir con el edil, Juan Rodolfo Sánchez.

Alberto Curi, que fue secretario de Desarrollo Económico, hace unas semanas y salió por la puerta de atrás aunado de problemas de salud no le permitirán ser un actor principal pero tiene influencia.

Algunos dirían que el mismo Zamora, algo que parece complicado creer porque además dejó tirada la estructura de profesores que tanto presumió y a la que tanto le apostó.

Finalmente, María Elena Barrera, que no ha sido tomada en cuenta por la actual administración estatal y de todos, quizá la que tiene menos capacidad política, alcanzó altos niveles debido al apoyo de quien fuera su jefe, pero no por tener lo que se requiere en política.

Pero ¿Qué necesita el PRI para ser competitivo en la capital de nueva cuenta? Para muchos, unidad, algo que en el papel no luce complicado, pero que en la práctica es realmente difícil de lograr en este momento. Durante los doce años que Enrique Peña fue el líder priista en el Estado de México y el país, el favoritismo por ciertos grupos provocaron que se perdiera ese aspecto.

Y ¿Por qué hablar de perfiles políticos a poco más de dos años de una nueva elección? Pues porque necesitan mucho trabajo, no para recuperar la capital, pero si para volver a ser competitivos, porque ya los dirigentes priistas en sus discursos hablan de salir a trabajar con miras a las intermedias y porque el papel que hacen los priistas que están en el poder no es el mejor para revertir la percepción de que Andrés Manuel López Obrador es un excelente presidente.

Pero, ¿qué priista de Toluca tendrá la capacidad de unir a todos los grupos, convencerlos de que trabajen juntos, de equilibrar fuerzas y no buscar sólo el bien de su grupo?

¿Alguno de los que nombramos cargará con la responsabilidad de fortalecer a un PRI que ya no tiene ni la capacidad económica suficiente para encarar una elección tan importante, ni la estructura? O una vez más, sin importar la tan comentada consulta a la base, van a imponer a uno que se sienta general y que la soberbia se imponga.

Parece que falta mucho, pero no es así. Para un partido político que se encuentra fracturado, sin líder con capacidad y aspirantes a dirigirlo que gustan del doble discurso, parece necesario que empiecen a trabajar si quieren rescatar algo. De lo contrario será más complicado.

Dato del día: Calificadora internacional baja perspectiva de crecimiento de México

Es evidente que las presiones y las supuestas leyes que intenten imponer en Morena no evitarán que las calificadoras internacionales hagan su trabajo o que se salgan de sus parámetros para beneficiar al gobierno en turno.

Ahora fue la calificadora Fitch Ratings que redujo su perspectiva de crecimiento para México por debajo del dos por ciento. Para el 2019 en este momento lo tiene en 1.6%, desde 2.1% previo.

Alcanzar 4% parece imposible al menos en los primeros años del presente gobierno.