Develarán el nombre de Heberto Castillo en muros de honor del recinto legislativo
La 60 Legislatura del Estado de México develará, en sesión solemne este 5 de noviembre, la inscripción en letras de oro del nombre del ingeniero Heberto Castillo Martínez, en el Muro de Honor del Salón de Sesiones José María Morelos y Pavón del recinto legislativo.
De esta forma se dará cumplimiento al decreto número 73, publicado en el Periódico Oficial Gaceta del Gobierno el 14 de agosto y se dejará constancia, a 22 años de su muerte, del reconocimiento y gratitud a Heberto Castillo, promotor incansable de la democracia y luchador por un México más justo.
La iniciativa fue presentada ante el Pleno legislativo el pasado 4 de abril por el diputado Mario Gabriel Gutiérrez Cureño, en coordinación con los legisladores Azucena Cisneros Coss y Faustino de la Cruz Pérez, en nombre del Grupo Parlamentario de morena.
Heberto Castillo nació el 23 de agosto de 1928 en Ixhuatlán, Veracruz; se graduó de ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde fue profesor por más 20 años de la materia de Análisis y Diseño de Estructuras, al igual que del Instituto Politécnico Nacional, y desarrolló un sistema estructural de entrepiso tridimensional mixto de acero y concreto al que llamó ‘Tridilosa’, material que revolucionó la ingeniería.
En el decreto se establece que el político, ingeniero, demócrata y, sobre todo, defensor de la soberanía popular y de la libertad de expresión, se convirtió en los años sesenta en uno de los líderes sociales más importantes del país, y durante los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid fue el mayor de los defensores de la soberanía nacional al denunciar la corrupción de la política energética imperante.
A raíz del movimiento estudiantil en 1968, Heberto Castillo fue encarcelado durante cinco años en la prisión de Lecumberri, experiencia que en lugar de desmoralizarlo le dio una fuerza espiritual extraordinaria. Al salir de la cárcel buscó al célebre líder obrero Demetrio Vallejo, con quien fundó el Partido Mexicano de los Trabajadores.
Constituido en una personalidad política, en 1988 se lanzó como candidato presidencial del Partido Mexicano Socialista; sin embargo, en un gesto de unidad y de altura de miras, decidió declinar su candidatura y sumarse a la del candidato del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas.
Castillo Martínez dedicó gran parte de su vida a buscar un esquema de relaciones sociales y económicas más justo, teniendo como valores supremos la igualdad, la democracia y la libertad, siempre desde una perspectiva nacionalista.
Nunca dejó de buscar alternativas a favor del bienestar social, para combatir la desigualdad social y el sistema político tan cerrado. Él vivió las décadas más duras del régimen priista y, a pesar de haber sido víctima de represión, persecuciones, cárcel y de proyectos políticos que no alcanzaron sus objetivos, nunca dejó de buscar caminos, señala el decreto.
Estuvo ligado a las grandes causas sociales del país, y los últimos años de su vida los dedicó al proceso de pacificación de Chiapas como integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación, mediadora del conflicto. Convencido de que para lograr la paz en ese estado era necesario dar solución a las demandas de los pueblos indígenas.
En el decreto se recuerda también que Heberto Castillo fue un hombre universal, inquieto intelectualmente, quien agitó el mundo de la ciencia con sus teorías y además escribió sobre historia, economía, filosofía y política; cultivó la pintura, el dibujo, fue maestro y legislador. Fue un hombre creyente de que son los principios éticos los que deben ser impulso de la acción humana, en cualquier campo de su actividad.
El ingeniero Heberto Castillo falleció el 5 de abril de 1997 en la Ciudad de México, a los 68 años de edad.