sábado, septiembre 7, 2024
Cultura

El albur, el arte del doble sentido

*Eréndira Zavala C*

Foto: Ilustrativa.

En México, los albures han estado presentes desde antes de la llegada de los españoles; según Lourdes Ruiz (la reina del albur, fallecida en 2019) y Alfonso Hernández (cronista de Tepito) el albur data de la época de la conquista cuando los mexicas alfareros crearon su propio lenguaje en código para entenderse entre ellos, con el fin de que sus patrones no se enteraran cuando una pieza se rompía o quedaba mal y así evitar los castigos.

También se dice que el albur nació en Mineral del Monte, en el estado de Hidalgo, alrededor del siglo XVII entre los mineros de la región, quienes crearon un código de habla que únicamente ellos entendían cuando querían comunicarse algo sin que los patrones ingleses se enteraran. Otra versión destaca que su cuna es el barrio bravo de Tepito en la CDMX, donde la picardía y la historia del lugar se fusionaron para crear un lenguaje propio, repleto de referencias sexuales y donde hasta existe el Seminario de Albures Finos.

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Tema de extensos estudios, el albur ha sido considerado como parte intrínseca de las personas con ideología “chingativa” o como ejemplo del eterno complejo de inferioridad causado por la Conquista y la revancha a la misma. Eso sí, es parte esencial del lenguaje popular, un medio de socialización en todas las clases sociales para en ocasiones alegrar el día, burlarse de alguien o solamente ilustrar la cultura popular mexicana.

Lee más de los albures en el siguiente enlace de Tradición es Cultura:

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