El poder de las buenas relaciones
*Aarón Dávila*
No hablar mal de nadie, ni discutir. Que curioso, un par de días atrás, hablando con mi hijo precisamente de la importancia de construir buenas relaciones con nuestros semejantes, mi hijo me contó cómo algunos compañeros suyos se expresaban mal de otros y, en consecuencia, las personas de las que hablaron mal ahora son señaladas y rechazadas por los demás, y bueno, sin duda alguna, fue necesaria una explicación apropiada.
Hablar mal de alguien, quien quiera que este sea, no sólo es una terrible falta de respeto, obviamente, sino que, sin darnos cuenta, expone lo que guardamos y atesoramos en el fondo de nuestros corazones.
En el corazón podemos atesorar buenos tesoros o malos tesoros. Los buenos tesoros son aquellos que causan o provocan en nosotros los mejores recuerdos y experiencias, mismos que, en época de crisis, nos ayudan a salir adelante.
Los malos tesoros son, por el contrario, aquellas malas experiencias o vivencias que guardamos sin podernos librar de ellas; las que al final del día provocarán raíces de amargura, que sus frutos serán: rencor, odio, desilusión, temor, abandono, etc.
Con cuánta razón Saulo instruía a Tito, su discípulo, al respecto: “Que no hablen mal de nadie, ni discutan.”. Hablar mal de los demás sólo causará discusiones sin fondo y provocadoras de grandes males.
Me llama la atención lo que Saulo dijo a continuación: “Que sean amables con todos y muestren humildad en su trato con los demás.”.
La amabilidad es una forma de reconocimiento; es decir, cuando yo soy amable con otra persona expongo un sentimiento muy hermoso, interés por esa persona y este sentimiento, a su vez, denota un valor humano maravilloso.
Tolerancia: la tolerancia supone la capacidad de ser humildes y reconocer a los demás, aun por encima de nuestras propias convicciones.
La palabra humildad también se lee como mansedumbre o cortesía; esto permite que se pueda trabajar en armonía. La cortesía es algo fundamental en las relaciones humanas, porque hace que podamos trabajar en armonía, en equipo, siempre esperando dar lo mejor de nosotros mismos antes que los demás.
Dale Carnegie, autor del best-seller Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, escribió sobre 6 claves para construir buenas relaciones; me gustaría compartir con ustedes un pequeño resumen.
1- Interésese sinceramente por los demás: ¿Saben cuál es la palabra que las personas usan más? “Yo”. La mayoría de las personas siempre piensan en ellos, primeramente. Si nos limitamos a tratar de impresionar a la gente jamás tendremos amigos verdaderos. El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen los grandes fracasos humanos. Para construir buenas relaciones hay que interesarse por otros, hacer cosas por ellos que requieran tiempo, esfuerzo y altruismo.
2- Sonría: Es la mejor manera de causar una buena primera impresión; una sonrisa expresa ‘me gusta usted’, ‘me alegro de verlo’. El Profesor James V. McConnel, psicólogo de la Universidad de Michigan, expresó: “La gente que sonríe tiende a trabajar, enseñar y vender con más eficacia, y a criar hijos más felices. En una sonrisa hay mucha más información que en un gesto áspero.”. Siempre recuerde que no hay nadie que necesite tanto una sonrisa como aquel que no le queda ninguna que dar.
3- Recuerde que, para toda persona, su nombre es el sonido más importante. Debemos siempre tener presente la magia que hay en un nombre y comprender que es algo propio exclusivamente de esa persona, y de nadie más. El nombre pone aparte al individuo, lo hace sentir único entre todos los demás; la información que le damos, o las preguntas que hacemos, toma una importancia especial cuando le agregamos el nombre de nuestro interlocutor.
4- Sea un buen oyente: Anime a los demás a que hablen de sí mismos; recuerde que la persona con quién habla está mil veces más interesada en sí misma que en usted. Aliente a otros a hablar de sí mismos, pregúntale cosas que se interesarán en responder. Si quiere convertirse en un gran conversador, aprenda a ser un gran oyente.
5- Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. En la mayoría de las conversaciones, los comentarios equivocados de otros pueden ser manejados con tacto y diplomacia (y en muchos casos, obviados). En muchas ocasiones, indicamos que el otro está equivocado para satisfacer el ego personal por encima de querer que el otro vea la verdad o nuestro punto de vista; no les diga a otros que están equivocados, por el contrario, si usted se equivoca admítalo rápida y enfáticamente.
6- Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo sinceramente, el principio más profundo en el carácter humano es el anhelo de ser apreciado. Las personas desean una sincera apreciación siempre y en todas partes. Agradezca por un buen servicio, reconozca a un miembro de su equipo si logra resultados positivos, haga que las personas sepan cuando comentarios o acciones han impactado su vida positivamente, elogie a su prójimo.
Quiero hacer notar lo siguiente, valorando todo lo que se ha dicho hasta este momento, los seres humanos nos debemos unos a los otros, hablamos, caminamos, reímos, lloramos, festejamos, luchamos, siempre con el afán de ser parte de algo o sentirnos parte de un sueño mayor.
Es buen momento para recordar la regla de oro: “Todo lo que quieras que los demás hagan por ti, así hazlo tú por ellos”.
Quieres amor, ama, quieres comprensión, comprende a los que están cerca de ti, quieres reconocimiento, empieza por reconocer a los que forman parte de tu vida, quieres respeto, respeta, se humilde, tolera, disfruta y vive como parte de una gran comunidad.
Somos y seremos siempre parte de una sociedad, familiar, estudiantil, laboral, de amistad, de gobierno y, como tal, lo que aportemos para bien formara una sociedad mejor.