El poder de los hábitos
*Aarón Dávila*
Los hábitos, en forma cotidiana y en ocasiones imperceptible, gobiernan de muchas maneras nuestras acciones y/o actitudes.
Los hábitos son patrones de conducta. Estos se pueden clasificar de forma natural en dos ramas:
Buenos hábitos o hábitos proactivos.
Malos hábitos o hábitos reactivos.
Hablamos de hábitos buenos o proactivos, cuando son formadores, es decir; instruyen en nosotros tres componentes: Conocimiento o Saber. Actitud o Querer. Habilidad o Poder.
Son estos los hábitos, que conscientemente sumamos a nuestras acciones diarias, con el fin de ser mejores o tener un mejor desempeño o desarrollo, en forma integral de nuestra vida.
Por lo tanto, los hábitos malos o reactivos son aquellos que adquirimos en forma inconsciente, que no generan nada positivo para nuestras vidas y, además, provocan el rechazo de quienes se ven afectados por ellos.
La conducta reactiva se ve influenciada por las emociones, cediendo el control ante las circunstancias, las condiciones o por el entorno, por ejemplo:
La impuntualidad, el desorden, las actitudes de procrastinación, entre otras.
(Cuando hablamos de procrastinar, nos referimos al hábito de posponer tareas u obligaciones).
Lo primero que debemos hacer para cambiar un hábito es: Evitar definirnos a nosotros mismos en términos de nuestros hábitos; es decir, somos lo que construimos día a día, no lo que absorbimos de nuestro entorno. Explicar.
Tenemos que ser auténticos (Construir implica un modo activo no pasivo) de otra forma somos lo que las modas proponen.
Se ha dicho que los seres humanos somos criaturas de hábitos. Muchas de nuestras prácticas se vuelven automáticas y, con frecuencia, ni siquiera estamos conscientes de que hacemos ciertas cosas o que las realizamos de modos específicos.
Podemos referirnos por ejemplo a los actos compulsivos tales como: Comer, beber, gastar dinero, trabajar en exceso, etc.
Los hábitos son cosas que aprendemos a hacer mediante la repetición y que finalmente hacemos ya sea inconscientemente o con muy poco esfuerzo.
Ahora, hagamos la siguiente pregunta: ¿Vale la pena modificar nuestros hábitos?
Por supuesto que sí, claro, hablando de los malos o reactivos, ya que estos entorpecen nuestro correcto desarrollo y desempeño en nuestra vida diaria, permítanme explicar e ilustrar esto con más claridad.
Matilda, era una joven muy querida por su familia, amigos y compañeros de escuela, debido a que, su actitud por la vida siempre se mostraba positiva, ella procuraba ser puntual, responsable, acomedida y proactiva, el tipo de jovencita fácil de tratar. Sin embrago Pedro, era la otra cara de la moneda, constantemente impuntual, irrespetuoso, siempre inconforme con todo y con todos, irresponsable y flojo, a Pedro nadie lo tomaba en serio, todos huían de él.
Ambos jóvenes, amigos desde la secundaria, solían hablar de sus vidas y su futuro, aunque como podemos adivinar, Pedro se distanciaba de Matilda, cuando esta comenzaba a hablar de trabajo y esfuerzo.
La pregunta correcta en este momento tal vez sea, ¿quién nos gustaría como amigo, Matilda o Pedro?
Ahora, hablemos un poco acerca de la Determinación. Comencemos por entender ¿qué es La Determinación?
Determinación es, la decisión o resolución para llevar a cabo una acción.
Job decía: Determinarás así mismo una cosa, y te será firme, Y sobre tus caminos resplandecerá luz.
En otras palabras; si te propones con determinación lograr o hacer algo, entonces así será. Aprende congruencia entre tus dichos y tus hechos. Que tu Si sea Si y que tu No sea No.
Solemos jugar mucho con los términos de nuestras decisiones, o, mejor dicho: Con mucha frecuencia decimos que haremos tal o cual cosa y finalmente en la primera oportunidad cambiamos el rumbo que debimos tomar.
Afirma los deseos de tu corazón, entiende y medita con claridad lo que realmente debes hacer cada día.
Ahora bien, hablando de hábitos, ¿qué es lo que nos ocupa de la determinación? En realidad, todo, actuar con determinación es lo que nos permitirá romper efectivamente con los malos hábitos, ya que estos últimos, se formaron inconscientemente en nosotros y, es la determinación, la que puede modificar de manera definitiva nuestras acciones eficazmente.
Por lo tanto, determinaras en tu corazón una cosa y te será firme, es decir; identificarás conscientemente, aquella acción necesaria en tu vida para mejorar o cambiar tus circunstancias, lo que está en desacuerdo con los hechos resultantes de tus acciones y con claridad y voluntad harás todo lo necesario para cambiarlo y procurar el bien para ti y tu familia.