Elección de Gobernador en EdoMéx sin reglas
Desde hace varios años las reglas de competencia para las elecciones se han vuelto inservibles, mientras las reformas electorales son reactivas en comparación con el proceso electoral anterior, las trampas están a la vanguardia, las mismas autoridades tienen miedo de castigar las trampas que no están estipuladas en la ley o en su caso requieren de una denuncia, por lo tanto, no pueden actuar por consigna para perseguir las marrullerías de los actores políticos involucrados, incluso el uso de recursos públicos sale a la luz, pero el árbitro electoral cierra los ojos o voltea para otro lado.
En una elección puedes hacer las trampas que quieras y si ganas por un amplio margen, la autoridad no te penalizará porque tu ventaja fue mucho mayor a la del contrincante y eso es una tendencia irreversible, dicen ellos.
El proceso para elegir gobernador de este año, da muestra del cinismo de los partidos políticos para ganar la elección, desde la simulación de un proceso de selección interna hasta el uso de personal para beneficio de sus precandidatos, sin contar los gastos onerosos que realizan los actores políticos en propaganda y movilización para eventos masivos.
Pero vamos por partes, desde antes que iniciaran las precampañas los partidos políticos ya habían creado figuras para placear a sus aspirantes por todo el territorio mexiquense, en el caso de Morena, Delfina Gómez era la coordinadora de los Comités de Defensa de la 4T y en el caso del PRI, Alejandra del Moral era la coordinadora para la Defensa de Estado de México, toda una trampa electoral.
Yendo más allá, en estos momentos las dos en mención hacen precampaña simulando un proceso de selección de candidata interna, cuando no tienen competencia; es decir, no tiene que competir con nadie, ya ganaron la candidatura y, a pesar de ello, siguen recorriendo los municipios del Estado de México. Reuniones que no son solo para militantes sino abiertas a todo público.
En el caso de la aspirante del PRI, Alejandra del Moral, es un secreto a voces que la campaña es dirigida desde una casa en el fraccionamiento Los Encinos en Lerma, hasta donde personal de la secretaria general de Gobierno ha llevado equipo de cómputo, a quienes les pidieron llevar cubrebocas y no quitárselo en ningún momento, así como usar sus unidades particulares. La coordinación de comunicación social del Gobierno del Estado de México dirige la campaña de posicionamiento de la precandidata y negocia con los medios estatales y regionales la publicación de noticias en su favor a cambio de convenios.
En el caso de Morena con Delfina Gómez, en varias reuniones se ha visto a personal de comunicación de la Cámara de Diputados apoyando en conferencias al coordinador de la campaña, Horacio Duarte. Además, diputados, regidores y alcaldes apoyan los eventos en horarios laborales o con dinero para el acarreo de gente.
Mientras el gobierno federal ofrece adelantos de apoyos sociales, para adultos mayores y estudiantes, el gobierno mexiquense ha iniciado el empadronamiento de mujeres para afiliarlas al Salario Rosa, usan los programas sociales con fines de proselitismo electoral de manera descarada.
El árbitro electoral es el más perjudicado, al estar limitado en sus funciones y hacer caso omiso de las anomalías, ha perdido la confianza de La Mayoría Silenciosa, quien lo ve como un organismo entregado al poder, con grandes beneficios económicos, que trabaja ocho meses, pero cobra tres años por un proceso electoral.
Para sustentar lo anterior solo hay que echarle un vistazo a los artículos del Código Electoral mexiquense, 245 y 247, que hablan acerca de las precampañas y los topes de gastos en las mismas. Para darnos cuenta de que no hay reglas claras para la competencia electoral y todos los partidos y aspirantes pueden hacer y deshacer a su antojo.
Con el proceso electoral inicia el juego de la descalificación
Las denuncias por actos anticipados de campaña, violencia política de género, el uso colores y tipo de letras parecidas a las de un gobierno, son parte de las denuncias que las diversas alianza usarán para descalificar a una u otra aspirante. La más descabellada hasta ahora es la iniciada por el PRD en contra de Francisco Vázquez, representante de Morena ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), por violencia política de género.
Los perredistas consideran que el haberle dicho a su representante Araceli Casasola, que obedece al PAN, es violencia política de género. Vaya descaro, tal vez no vieron la última sesión del Consejo General del IEEM, donde su representante usó groserías en sus intervenciones, como dijo Araceli Casasola, son chingaderas.