domingo, diciembre 22, 2024
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En Otzolotepec una familia con carencias estrenará casa gracias a buenos corazones

*José Ángel Gutiérrez*

Viven en una habitación de costera y plásticos, con una menor padeciendo un raro síndrome, pero gracias a vecinos, profesoras y un arquitecto protagonizan una historia conmovedora en Oztolotepec, donde la gente ayudó a aportar y trasladar materiales. Foto: José Ángel Gutiérrez.

Habitantes de San Mateo Capulhuac, comunidad del municipio de Otzolotepec, en coordinación con profesores y un arquitecto, protagonizan una historia conmovedora al dar vivienda a una familia en condición de extrema pobreza.

Carolina Flores, una profesora de Villa Cuauhtémoc, cabecera de la demarcación, y su ex alumno, identificado como Michel Antonio Mat, lograron conjuntar a vecinos para ayudar una mujer cuya hija con una rara enfermedad vive con ella en una casa de plásticos y costera.

Esta historia ha conmovido a propios y extraños, porque es ajena a toda autoridad gubernamental o partidista, pero también porque demostró que Otzolotepec se une también para causas nobles, no sólo en situaciones complicadas.

La mujer vive en un pequeño cuarto, donde algunos familiares colaboraron para cubrir los muros con bolsas plásticas; aunque esto no mitigó la falta de muebles, un baño o una recamara, ya que esto último lo conforman unas esponjas.

Flores solicitó ayuda por varios medios, sobre todo al apreciar la complicada situación de esa familia, hasta que apareció Michel Antonio, arquitecto, quien se dio a la tarea de buscar la forma de ayudar en la causa.

Esta persona hizo la donación de parte del material de construcción, entre cemento, varilla y block, para culminar una habitación y el sanitario; es decir, la primera etapa de la próxima vivienda, cuyo diseño también corrió por su cuenta.

“Necesitamos gente para una faena y algo de más material para el espacio que hace falta (cocina). Una vecina y yo coordinaremos la ayuda. Espero contar con su apoyo si en su corazón esta ayudar.”, había dicho Antonio, quien rápidamente halló respuesta vecinal.

Una vez que se completaron todos los materiales, tanto Flores como Antonio, agradecieron la solidaridad, ya que jóvenes y adultos se unieron a la causa, al trasladar el material, en un acceso complicado, con un camino estrecho, en una zona apartada de la cabecera.

“En críticas y defectos nadie es perfecto, solo hay que actuar y que los hechos hablen; hoy comprobé que hay más gente preocupada y ocupada en cosas buenas”., añadió Antonio.

La niña de esa vivienda, de 21 años de edad, con madures de una persona de 12, padece síndrome de Landau-Kleffner, por lo cual depende de su mamá.

El Landau-Kleffner es un raro síndrome neurológico infantil, caracterizado por un desarrollo repentino o gradual en el entendimiento o expresión del lenguaje, que afecta a las partes del cerebro que controlan la comprensión del habla.

La historia tiene un final feliz, ya que la familia tendrá su casita en menos de 15 días, gracias a la ayuda de nobles corazones.

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