En Temoaya realizan acciones contra expansión de incendios forestales
*José Ángel Gutiérrez*
**Sus montañas escenificaron varios siniestros en 2019, cuando se perdieron hectáreas de bosque, por lo que ahora toman medidas Medio Ambiente y PC**
Con la expectativa de disminuir los incendios forestales que aquejaron a sus serranías en el 2019, personal de medio ambiente del municipio de Temoaya realiza labores preventivas para combatir posibles siniestros, a través de la habilitación de brechas cortafuego.
Tanto aquella área como paramédicos y bomberos de Protección Civil, están sincronizados para atender posibles daños, especialmente en el llamado Cerro de la Catedral, en las inmediaciones del Centro Ceremonial Otomí, donde las llamas causaron daños el año pasado.
Algunos de los parajes abordados por las cuadrillas de trabajadores son Los Corrales y Llano de la Tabla, cerca del citado cerro, en cuya zona hay una proyección de cinco kilómetros de longitud por tres de ancho para las brechas aisladoras de posibles incendios.
La propia dirección de Medio Ambiente y Forestal explicó que una brecha cortafuego consiste en una franja de al menos 1.5 o tres metros de espesor, cuya superficie es liberada de arbustos y pastizal hasta el suelo natural, con el fin de funcionar como barrera artificial.
Ante la temporada de sequía o estiaje, Temoaya es un municipio propenso a los incendios, especialmente en sus zonas altas, ya que fogatas mal apagadas, cristales de envases con “efecto lupa” y “otros descuidos humanos”, favorecen la aparición de las llamaradas.
En conjunto con PC, las brigadas también verificarán parajes como El Bofe, en la colonia Centro Ceremonial, parte alta del parque del mismo nombre, cuya zona perdió cerca de 30 mil metros cuadrados de árboles de tamaño mayor, así como de uno y dos metros de altura.
Otra de las regiones a inspeccionar es San Pedro Arriba, sexta sección, en la localidad identificada como El Tepozán, donde también se carbonizaron cerca de tres hectáreas de cedros, pinos y pastizal, en hechos registrados a mediados de abril del año pasado.
Tanto Protección Civil como Medio Ambiente aguardan que el declive del suelo, la temperatura y el viento predominante en la montaña no compliquen las labores, aunque para ello contarán con auxilio de la coordinación de Protección Civil del Estado de México.
