Espacios universitarios propicios para reducir la inequidad de género y fomentar una vida libre de violencia
Las universidades son espacios donde se puede trabajar a favor de la equidad de género, proporcionando herramientas para que grupos vulnerables como las mujeres accedan a todos sus derechos sin sufrir discriminación, afirmó la investigadora de la Universidad Autónoma de Estado de México (UAEMéx), Susana Munguía Fernández.
La integrante de la Coordinación Institucional de Equidad de Género (CIEG) dictó la conferencia virtual “Agenda internacional para la igualdad”, durante la cual abordó los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de equidad de género, a los cuales se han sumado la administración que encabeza el rector de la UAEMéx, Carlos Eduardo Barrera Díaz.
La agenda busca lograr un acceso igualitario a la educación, a la repartición equitativa del trabajo doméstico, así como a una vida libre de violencia.
En ese contexto, Munguía Fernández indicó que las universidades son una oportunidad para reducir la brecha de inequidad y desigualdad al otorgar las mismas oportunidades a hombres y mujeres para acceder a la educación, además de reducir la violencia hacia este sector de la población en sus distintas manifestaciones.
Enfatizó que la palabra “empoderar”, aplicada a las mujeres desde la perspectiva de la Agenda Internacional para la Igualdad y de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, proporciona las herramientas para acceder a derechos como la educación.
“Y cómo empodero a las mujeres en ese sentido, dándoles las herramientas para que puedan ingresar a los estudios que deseen y necesiten, además de generar estrategias para que participen más en carreras físico-matemáticas, por ejemplo”, refirió.
Susana Munguía Fernández explicó que, aunque el incumplimiento de los derechos humanos afecta tanto a hombres como a mujeres, se acentúa el análisis y la defensa de los mismos con una perspectiva de género, debido a que las mujeres en general y aquellos hombres que no cumplen con los estándares sociales de masculinidad son más vulnerables a padecer discriminación.