Huachicol: Mal de todos y para todos
*Luis Durán*
Se sabe que México enfrenta uno de los desabastos de combustible más importantes en los últimos años, el cual ha generado inconformidades en la población, en el ámbito empresarial y en la política nacional; sin embargo, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, informó que su iniciativa contra el robo de hidrocarburo, de cerrar los ductos, seguirá hasta las últimas consecuencias.
Y es que AMLO implementó una acción que no ha sido bien vista por muchos mexicanos, en su búsqueda de combatir el huachicoleo en el país, y que durante mucho tiempo ha significado pérdidas millonarias para Petróleos Mexicanos (Pemex) y para la economía interna, que incluso se trató de “mitigar” con la reforma energética implementada en el sexenio de Peña Nieto. -Que fue como su mandato, deficiente en todo momento-
Pero, para comprender un poco el contexto: ¿Qué es el huachicoleo? De acuerdo con la terminología maya, la palabra tiene como raíz ‘huach’ (waach), que significa forastero, donde el castellano terminó por utilizarla como ‘huache’ y el sentido hacía referencia a ladrón; posteriormente, en el siglo XX, el huachicol refería a una bebida adulterada, lo que provocó que se dijera huachicoleo a la acción de verter agua en la gasolina, y de ahí que se finalizara por nombrar así a la extracción ilegal de combustible.
En el Estado de México, de acuerdo con números de la Asociación de Distribuidores de Gasolina y Lubricantes (Adigal), 2018 representó una pérdida de 120 millones de pesos por robo de combustible en la entidad; siendo Axapusco, Otumba, Toluca y Nextlalpan, los municipios que registraron mayor cantidad de reportes por este delito, según información de la Secretaría de Seguridad mexiquense (SSEM).
Asimismo, la dependencia de seguridad comunicó que, de septiembre de 2017 al 26 de diciembre de 2018, se recuperaron más de un millón 632 mil litros de hidrocarburo, decomisado en 15 demarcaciones del EdoMéx, localizando cerca de 5 mil 161 tomas clandestinas y deteniendo apenas a 490 personas relacionadas con este crimen.
No obstante, la SSEM indicó que, en dicho periodo, se promediaba hasta mil 141.5 litros diarios de huachicoleo, lo cual representaba una ganancia, en caso de que se vendiera de manera legal, de más de 27 millones 286 mil pesos, derivado de los diferentes tipos de combustibles robados, como lo es el gas LP, butano, gasolina, diésel y turbosina.
La extracción ilegal de hidrocarburo ha afectado a 25 estados del país, donde entidades como Puebla, Hidalgo, Guanajuato, Veracruz, Jalisco, Estado de México, Tamaulipas y Sinaloa, concentran la mayor actividad de esta problemática, teniendo un crecimiento del 406% en el último año, pese a todos los intentos de las autoridades por apaciguarlo.
Actualmente, la red de ductos de Pemex estima que cada 2.22 kilómetros existe una excavación o algún aditamento para ordeñar clandestinamente el combustible, donde en 2018 se promediaron 27.9 perforaciones ilegales al día.
La medida del Gobierno Federal, de cerrar los ductos y distribuir la gasolina por pipas, causó revuelo, ya que pareció ser tomada abruptamente y sin tener un plan contingente de respaldo, afectando a millones de mexicanos, quienes han manifestado su desaprobación a dicha acción, llegándose a cuestionar si realmente el desabasto de combustible tiene que ver con ello o es la falta del mismo lo que está ocasionado el problema en primera instancia.
En el Valle de Toluca ya son más de 100 estaciones afectadas por el desabasto, apreciándose largas e interminables filas en las gasolineras que aún cuentan con poco hidrocarburo, donde los mexiquenses llegan a pasar hasta 5 horas por una cantidad racionada, elevando las molestias de la sociedad.
Pese a todo, la falta cívica y compresión ética de la sociedad no se han dejado esperar en diversos puntos de la entidad mexiquense, reportando riñas y trifulcas por querer colarse en las filas de espera o acaparar más producto del ofertado, aunado con la poca cultura vial y sustentable que ofrecen las entidades para trasladarse.
Se desconoce si la iniciativa de López Obrador dará frutos, ya que no hay huachicoleo porque no hay gasolina, todo se verá cuando la red de ductos vuelva a su funcionamiento; entonces, será tiempo de analizar si sus medidas en contra del robo de hidrocarburo funcionarán.
Hasta el momento, dichas acciones han traído afectaciones, desaprobaciones, conflictos, malestares entre los mexicanos, pero también ha dado apertura a la mejora ambiental, por la baja vehicular, el uso del transporte público y, sobre todo, la concientización del uso de los hidrocarburos provenientes del petróleo.
Quizá el escenario es idóneo para examinar con cautela los siguientes pasos a tomar como sociedad mexicana y humanidad en materia de transporte, mirando a otros países, como China o India, que enfrentan problemas severos de contaminación por el uso de vehículo, y pensar en medios alternativos renovables y que sean amigables con la naturaleza, antes de que sea demasiado tarde.