Investigadora UAEMéx, analiza el potencial de plantas medicinales en la biotecnología
Identificar sustancias químicas beneficiosas para la salud en plantas de la medicina tradicional es el objetivo principal de María Elena Estrada Zuñiga, investigadora del Laboratorio de Cultivos in vitro y Fitoquímica del Centro de Investigación en Recursos Bióticos (CIRB) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), a través de su proyecto de investigación “Metabolómica y actividades biológicas de las fracciones resultantes de la purificación parcial de un extracto metanólico, obtenido de cultivos in vitro de plantas medicinales”.
Estrada Zuñiga, junto con académicos y alumnado de la Licenciatura en Biotecnología y del Posgrado de Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales, buscan detectar los diferentes bioactivos encargados de los efectos terapéuticos que se les atribuyen a las plantas en la Medicina Tradicional. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), en México existen aproximadamente 4 mil plantas de la medicina tradicional, donde solo en un 5 por ciento se ha realizado un análisis farmacológico y fitoquímico de sus sustancias, las cuales podrían tener un mejor aprovechamiento a través de la biotecnología y de esta manera beneficiar la salud de las personas mediante una producción sostenible.
A diferencia de otras investigaciones en biotecnología sobre plantas medicinales donde se relaciona una sustancia química particular con un efecto biológico registrado en una especie vegetal, la investigación a su vez busca detectar otras propiedades medicinales de las cuales se pueden encontrar efectos biológicos tales como antioxidantes, citotóxicos, antibacterianos, antiinflamatorios o inhibidores de enzimas.
Para ello, la académica Estrada Zuñiga implementa una estrategia alternativa denominada “metabolómica no dirigida”, así como técnicas especializadas -entre ellas el cultivo in vitro- con el fin de reprogramar la estructura de la planta de interés y obtener únicamente un cultivo de células sin necesidad de tomar más ejemplares para su estudio. Entre las especies de plantas se encuentran la Arnica montana, Azadirachta indica, Buddleja cordata, Kalanchoe daigremontiana y Tanacetum parthenium.
Asimismo, se realiza la extracción de los compuestos de la célula procesada por medio de un solvente (metanol), para posteriormente fragmentar la biomasa obtenida y hacer un análisis metabolómico que, junto con estudios preclínicos, permiten comprender toda la complejidad de metabolitos secundarios que pueden producirse.
Los resultados del proyecto de investigación han comprobado la hipótesis sobre la existencia de más de un compuesto bioactivo, pues se hallaron sustancias relacionadas con dos o tres tipos de metabolitos secundarios.
Lo que espera en un futuro la investigadora es identificar el potencial de cada uno de los sistemas que implementa y producir varios metabolitos secundarios con efectos biológicos demostrables en el laboratorio. De esta manera, se podría instaurar posteriormente la generación de fitomedicamentos una vez verificados sus efectos terapéuticos y que no se registre ningún tipo de toxicidad en los compuestos de sus cultivos.
Paciencia y tolerancia, claves en el impulso a la ciencia
Finalmente, la investigadora Estrada Zuñiga opinó que para impulsar la ciencia en las infanciaslos adultos deben de brindar amor, paciencia, tolerancia y empatía a las necesidades de los infantes para fomentar el potencial que cada uno pueda poseer.
“Tengo una niña pequeña y lo que le suelo decir es que todos tenemos un cerebro para pensar, no usarlo es como tener ahí un ferrari encerrado y al final del día, desaprovecharlo Entonces aunque seas niña o niño, el cerebro es el mismo”, comentó.
Así pues, el mensaje que a le gustaría enviar a futuras generaciones de niñas interesadas por involucrarse en la ciencia es, que sin importar el género, cada individuo tiene una capacidad que se debe aprovechar.