Jacobo Villaurrutia, primer presidente del TSJEM
A fin de fijar las bases de la administración de la justicia para garantizar la seguridad y libertad de los ciudadanos, el 6 de abril de 1825 inició funciones el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de México y el jurista Jacobo Villaurrutia López y Osorio fue designado como el primer presidente de este poder por el Congreso Constituyente.
Lo anterior, se asienta en el Libro de Actas del Supremo Tribunal de Justicia del Estado Libre de México y el Borrador de Oficios del Supremo Tribunal de Justicia del Estado Libre de México de 1825, resguardados en el Archivo Histórico del Poder Judicial mexiquense y considerados parte del patrimonio documental de esta institución.
En documentos de la época, se relata cómo se desarrolló la ceremonia de elección del presidente del Tribunal y la toma de protesta del primer Pleno de magistrados, donde Villaurrutia López y Osorio pronunció las siguientes palabras como parte de su discurso, “Que la conducta y operaciones del Supremo Tribunal de Justicia será la más segura y elocuente demostración de la sincera gratitud de sus ministros y de sus votos de contribuir a la mejor armonía, paz y felicidad del estado.”, dice.
Villaurrutia López y Osorio nació el 23 de mayo de 1757 en Santo Domingo y murió el 23 de agosto de 1833, víctima del cólera morbo, en la Ciudad de México. Fue jurista, traductor, político, ensayista y articulista, desarrolló su profesión y vocación literaria principalmente en México, España y Guatemala; además fue fundador junto con Carlos María de Bustamante de El Diario de México, primer periódico cotidiano de América.
De acuerdo con el Decreto de Instalación del Supremo Tribunal “El Congreso Constituyente del Estado libre de México a virtud de la facultad tercera del art. 9 de la Ley Orgánica provisional, ha nombrado para ministros del Supremo Tribunal de Justicia a los Sres. D. Jacobo Villaurrutia, D. Manuel del Campo Rivas, D. Juan José Flores Alatorre, D. José Domingo Rus, D. Francisco Nava, D. Ignacio Alva y, para Fiscal D. Tomas Salgado.”, especifica el documento.
Fue en 1827, debido a la inestabilidad política en la entidad, que el magistrado se vio obligado a renunciar, por lo que después fue nombrado Juez y posteriormente presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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