La historia imposible de Iztaccíhuatl y Popocatépetl
*Eréndira Zavala C*
En el mundo se cuentan trágicas historias de amor, como la de Romeo y Julieta; en México, en Tlaxcala existe una hermosa leyenda de sus imponentes y majestuosos custodios.
Hace siglos, el Valle de México era dominado por los mexicas y solamente el pueblo tlaxcalteca los resistía, por lo que había enfrentamientos largos y cruentos. En esa época nació, en el reino de Tlaxcala, una princesa de belleza excepcional, quizá la más bella de todos los reinos de antaño, a la que llamaron Iztaccíhuatl. Desde niña Iztaccíhuatl convivió y jugó con quien se convertiría en un guapo y valiente guerrero, Popocatépetl. Al crecer, ambos formaron una extraordinaria pareja, Popocatépetl entonces pidió la mano de Iztaccíhuatl, pero el rey de Tlaxcala la había comprometido con un viejo noble, ambicioso y muy poderoso, que daría una alianza fuerte al reino.
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Popocatépetl insistió al rey quien, ventajosamente, prometió al guerrero que, si regresaba con la victoria de haber derrotado a sus enemigos, le daría la mano de la princesa. El guerrero se despidió de Iztaccíhuatl y marchó a la guerra durante muchos años; mientras, la princesa oraba todas las noches por la protección de su amado.
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