Lo que no te mata te fortalece
*Aarón Dávila*
Este es un dicho popular que intenta dejar claro que las pruebas que hemos tenido que atravesar, son tan solo eso, pruebas, es decir, una prueba no nos define como personas, tampoco direcciona nuestro camino es más bien, parte de un proceso de vida, la oportunidad de aprender y emprender nuevas directrices y principios de manera que sea posible para nosotros corregir el rumbo que llevamos e inclusive, de ser necesario comenzar nuevamente.
Si la prueba que atraviesas no te venció es porque no lo hará, por el contrario te hará más fuerte ya que ahora tienes el conocimiento adquirido al enfrentar tal prueba, la experiencia de vida y la noción de la ruta por seguir.
Y bueno aquí estamos, al inicio de un nuevo año y uno que promete ser posiblemente difícil, arduo, pero lleno de oportunidades. Los espejismos del pasado intentarán despojarnos de tales oportunidades pero si nos aferramos a la verdad, al amor y a la fortaleza que nos otorga la familia entonces, caminaremos pisando sobre terreno firme, siendo vencedores y por qué no, más que vencedores.
La experiencia de los días pasados nos permite construir los días venideros. Tan solo unos días atrás celebramos el nacimiento de Jesucristo, ahora será prudente continuar esa historia, Jesús nació y traspaso toda celebración abriendo una puerta única, la de la fe y la esperanza.
La esperanza que nos hace volver la mirada hacia la fe y la fe que nos lleva a su amor eterno y a la posibilidad de generar expectativas de vida verdaderas, alcanzables y seguras, objetivos que edifiquen nuestra vida abriendo entonces, un sinfín de oportunidades por vivir y por seguir.
El año que quedo detrás, paso probablemente tan rápido que no alcanzamos muchas de las expectativas y propuestas realizadas al inicio de ese año, pero el sol despunto muy de mañana y ahora brilla con intensidad y deja al descubierto un paisaje maravilloso disponible para todos los que quieran alcanzar nuevas expectativas de vida.
Que este sea un gran año para todos. No desviemos la mirada, siempre al frente, siempre anhelando la paz.
