Los abuelos
*Aarón Dávila*
Quiero compartirles que yo me estrene como abuelo hace cinco años.
Fui testigo del nacimiento de mi primera nieta, una pequeña y hermosa bebita, nuevecita, ¡0 kilómetros! Para mí; convertirme de la noche a la mañana, a los 51 años de edad en Abuelo, resulto una experiencia totalmente nueva, sorprendente y maravillosa.
A los 53 años, tuve la dicha de sostener en brazos a mi segundo nieto, un varoncito lleno de vida y salud, que, desde su llegada a esta agitada vida, trajo consigo alegría y esperanza.
Ahora a mis 55 años de edad, me convertí en abuelo por tercera ocasión, así es, otra hermosa bebita llegó y lleno de emoción aquí estamos continuando la historia de esta familia.
Ahora bien, desde que me convirtieron en Abuelo, he concentrado mi atención en meditar acerca de cuál debe ser mi labor en esta maravillosa encomienda.
Primero que nada, he debido entender ¿quiénes son los abuelos? Para qué fueron llamados y, además, tener la claridad de ¿qué papel juegan en la familia?
Comencemos por entender ¿Quiénes son los abuelos?
Etimología de la palabra Abuelo:
La palabra Abuelo, surge del latín avus y este de atavus que significa de los antepasados.
En algunos lugares de América, en forma coloquial, se les llamaban Tata, forma respetuosa de llamar al papá o al Abuelo.
Es importante señalar que los Abuelos, no necesariamente deben ser adultos mayores, existen Abuelos como es mi caso, menores a los 60 años de edad, de hecho, cada vez es más común encontrar abuelos jóvenes, por así llamarlos, y por qué no sería, si cada vez es más común, encontrar papás por debajo de la edad adulta.
Los abuelos son los grandes historiadores de la familia. Son los responsables de hacer que trasciendan los hechos y obras de cada grupo familiar.
Su legado entonces, nada tiene que ver con lo material o lo económico, es más bien un legado generacional, rico en experiencias, historia y sapiencia de vida.
No sé si han experimentado aquella sensación maravillosa, al entrar a la casa de los abuelos de recorrer sus paredes, llenas de retratos de Familia, o de los eventos familiares, de los parientes, de los hijos y el inicio de sus propias historias, de los grandes amigos, los que aún están y los que ya han partido.
Esos muros, esas repisas, esos estantes, llenos de fotos, imágenes y sensaciones inolvidables, buenos momentos y tantos y tantos recuerdos. Todo ello, solo los encontramos en la casa de los Abuelos.
Sus fotos de antaño son imágenes de historias interesantísimas. Entre sus fotos, sucede que en ocasiones encontramos verdaderas sorpresas, algo que nadie sabía o tal vez, algún suceso ya olvidado por muchos.
Y qué decir de sus cajones o su clóset, ¡wow! Qué sensación.
Recuerdo aquella canción del gran Francisco Gabilondo Soler que se intitula:
El Ropero
¡Toma el llavero abuelita
y enséñame tu ropero!
Con cosas maravillosas
y tan hermosas que guardas tú.
¡Toma el llavero abuelita
y enséñame tu ropero!
Prometo estarme quieto,
y no tocar lo que saques tú.
El oficio de Abuelo, cada vez se desempeña a más temprana edad, lo cual evidentemente, implica que la narración histórica se vuelva crónica, y da inicio anticipadamente.
Así es que, preguntemos ahora: ¿qué papel juegan los abuelos en la familia?
El abuelo tiene una misión divina, una encomienda sin igual: “Instruir.” Asegurarse de transmitir el conocimiento y experiencia que la vida les ha dejado, a sus hijos y a los hijos de sus hijos.
Salomón el rey sabio decía en uno de sus Proverbios:
“El orgullo de los padres son los hijos; la alegría de los abuelos son los nietos.”
El orgullo… Si nos centramos en la connotación positiva del término, el orgullo se vincula al respeto y valoración que un hombre tiene de su propia persona o de un ser querido, algo que está relacionado a su intención de vivir de acuerdo con sus valores.
Por su lado, Alegría, es un estado de gozo o contentamiento, lo que te motiva y da paz.
Narrar las historias a los que están y preparar el sano conocimiento de la vida a los que habrán de venir.
Algo muy importante por decir y más allá de lo que muchos creen, es que: los abuelos «no son niñeras,» tampoco los responsables de cuidar la casa cuando salimos.
Evidentemente para los Abuelos cuidar o estar en compañía de sus nietos, siempre será una ocasión que no desaprovecharán para verter experiencia y conocimiento en el corazón de sus nietos.
Amo a mi nieto y a mis dos nietecitas entrañablemente, pero, sigo pensando que algo hermoso en la función de ser abuelo, es que al final del día puedo entregar a mis nietos con sus papás y dejar que ellos se hagan responsables de su educación. Yo, me haré cargo de consolidar su lugar en esta historia, con un buen helado por supuesto.
Los Abuelos son el pilar de las familias,
Cronistas de nuestras propias historias.
Pero, sobre todo, ejemplo, virtud y sosiego.