Mexicana descubre vulnerabilidad en COVID-19
*Redacción Diario Evolución*
La investigadora Mónica Olvera de la Cruz junto con Baofu Qiao, de la Universidad de Northwestern, descubrieron una nueva vulnerabilidad en la composición del COVID-19.
De acuerdo con los investigadores, la proteína espiga es la única responsable de que el coronavirus ingrese e infecte al cuerpo humano y el pasado 11 de agosto, el equipo de investigadores informó una vulnerabilidad en la proteína espiga del nuevo virus.
El estudio indica que el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína espiga del coronavirus juega un papel importante en la unión con el receptor de células humanas ACE2 que se requiere para la entrada viral.
Se han realizado muchos estudios para apuntar a las estructuras de unión de RBD-ACE2 y para diseñar vacunas y fármacos dirigidos a RBD. Sin embargo, las mutaciones distales del SARS-CoV-2 RBD también afectan su transmisibilidad y el anticuerpo puede apuntar a regiones que no son RBD, lo que sugiere el papel incompleto de la región RBD en la unión de la proteína de pico – ACE2.
Los investigadores refieren que, con el fin de aclarar los mecanismos de unión a distancia, analizaron complejos de ACE2 con la proteína pico de tipo salvaje y con mutantes clave a través de simulaciones de moléculas de solventes explícitos de átomo a gran escala. Encontramos que distribuidos en aproximadamente a 10nm de distancia del RBD, los sitios de escisión polibásica del SAR-CoV-2 mejoran, a través de interacciones electrostáticas e hidratación, la afinidad de unión RBD-ACE2.
A continuación, agregó que se diseña un tetrapéptido cargado negativamente (GluGluLeuGlu) para neutralizar la arginina cargada positivamente en los sitios de escisión polibásicos. Encontramos que el tetrapéptido GluGluLeuGlu se une a uno de los tres sitios de escisión polibásicos de la proteína espiga del SARS-CoV-2 disminuyendo en un 34% la fuerza de unión de RBD-ACE2.
Esta reducción significativa de la energía de unión demuestra la viabilidad de neutralizar la unión de RBD-ACE2 dirigiéndose a este sitio de escisión polibásico específico. Nuestro trabajo mejora la comprensión del mecanismo de unión del SARS-CoV-2 a ACE2, que puede ayudar al diseño de terapias para la infección por COVID-19.