Provecho o buen provecho…
*Eréndira Zavala C*
Comer es uno de los mayores placeres de la vida, nutre el cuerpo y alimenta el alma. Es el mejor momento para compartir con la familia, reunir a los amigos, tomar un descanso del ajetreo del día o disfrutar del simple hecho de hacerlo.
En México, por costumbre, existen unas expresiones de cortesía usadas antes de empezar a comer o para indicar que ya comió (aunque muchas veces no sea cierto); también es dicha al levantarse de la mesa y aún hay personas comiendo, o al sentarse a la mesa y alguien ya está comiendo, o cuando va a comer, por ejemplo, en el trabajo o la escuela. “Buen provecho” o únicamente “provecho” formulan el deseo de que los alimentos sean o hayan sido disfrutados; aunque estas expresiones igualmente son utilizadas de manera sarcástica cuando alguna persona eructa, por lo que -según las actuales reglas de etiqueta-, decirlas son mal vistas o de mala educación.
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El origen de estas palabras es inexacto, una teoría dice que entre 711 y 1492, los moros y luego los árabes invadieron España y se impusieron a través del mestizaje y la asimilación cultural, adoptando lengua, religión y costumbres, entre ellas el eructo y unos 4000 vocablos. Otro posible origen refiere que era utilizada en la época romana por los Césares en los Bacanales –fiestas en honor al dios Baco o Dionisio, sin límite de comida y bebida-, en las cuales cada vez que se decía “buen provecho”, los comensales vomitaban para poder seguir comiendo.
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