Se recuperó el Bordo de San Jerónimo en Toluca
*Melchor García*
El ciclo de lluvias de 2024 ha revitalizado la Laguna de Palmillas, conocida también como el Bordo de San Jerónimo, al norte de la capital mexiquense.
Este cuerpo de agua, que hasta marzo enfrentaba un estado crítico con menos del 10 por ciento, de su capacidad debido a la sequía, hoy alcanza más del 80 por ciento de su capacidad gracias al temporal de precipitaciones.
Durante meses, el Bordo de San Jerónimo lució prácticamente seco, reflejando los estragos de la severa sequía que golpeó al Estado de México.
Su recuperación ha permitido la reactivación del ecosistema local, sirviendo como punto de descanso y abastecimiento para aves migratorias como patos y garzas. Este fenómeno subraya su importancia ecológica como un sitio clave para la biodiversidad y la regulación de temperatura en la región.
Daniel Pérez, biólogo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX), destacó que “estos vasos de agua son fundamentales para los ecosistemas. Su pérdida desencadena procesos de descomposición que afectan no solo a la flora y fauna locales, sino también a las comunidades humanas circundantes”.
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A pesar de la recuperación hídrica, la laguna enfrenta un problema creciente: la contaminación. En diversos puntos de sus orillas se acumulan desechos como botellas de plástico, bolsas, latas, papeles y pañales. Estas prácticas no solo deslucen el paisaje, sino que también impactan la calidad del agua, poniendo en riesgo el equilibrio del ecosistema.
Además, la descarga de aguas residuales desde viviendas cercanas genera una espuma verde visible en el agua, producto de los detergentes domésticos, lo que evidencia la falta de infraestructura adecuada para tratar los desechos líquidos en la periferia.
Aunque dentro de la laguna no se observan grandes acumulaciones de desechos sólidos, el estado de las orillas es un recordatorio de la necesidad de implementar un manejo responsable de residuos sólidos y líquidos en la zona.
