viernes, septiembre 20, 2024
Opinión

Ser, ver y estar

Foto: Especial.

Contesté a una estudiante de periodismo:

Primero: no creas que los consejos puedan servirte pues solo es la experiencia de otro. Cada quien construye su camino. Segundo: no creo en las escuelas ni en la carrera. Menos hoy donde la casa de la información es una carretera virtual que abre posibilidades infinitas. Tercero: este es un esfuerzo de lecturas. Sin libros leídos no llegarás a ninguna parte, salvo a la televisión…

Ser, ver y estar. Te reto a definir cada uno de esos términos —sin diccionario—, y serás un profesional libre. Ser no es sencillo. Es una construcción personal. Una decisión solitaria. Sin empuje no eres. Ver no es tener ojos. Un ciego podría observar mejor. Mirar con sensibilidad lleva a razonar lo que es nuestro instrumento de lucha: la realidad. Estar es un tiempo presente que no da para equívocos. Y para estar es necesario un pasado con proyectos y futuro. Un tiempo donde el hoy sea tu estar.

Partir de la realidad, invariablemente, o te perderás en la escritura de textos sin vida. Adornar la violencia y el crimen con literatura, con palabras sesudas, traiciona esa realidad que mejora cualquier texto mono. Por eso es fundamental leer todo el tiempo —libros, no pasquines—, con el fin de aprender a escribir. Es el mejor método. Solo así puedes llegar a una redacción solvente que te permita afrontar la rapidez del tiempo que se requiere para escribir: para oler la realidad, conocer a la gente, intentar describir… La calle es sabiduría: tienes que devorarla, tienes que bajarle al ego.

Pensar, sí, pero sentir más allá de lo común para que la redacción se incline hacia la libertad de cronicar lo que quieras. Encontrar la mezcla entre emoción y razón hace nodal el oficio. Con persistencia, se puede. Claro, antes debiste pasar por la lectura y el conocimiento. Un periodista se hace con el tiempo, no por título universitario. Aquí llegan todos los oficios del mundo para expresarse por necesidad interna.

No me gusta la palabra moral, o sí, si va junto a la ética: se aprende más. Sin ética no hay profesional. Que muera el prejuicio sobre lo que uno no es. Mira con los ojos del otro, nunca con los tuyos. Despréndete de ti y regresa a ti: solo así entenderás algo de mundo. Sin eso no se avanza y repetimos los errores que somos, indudablemente.

Y ya, vete a leer: es mejor que consejos para escribir.

La letra desobediente Braulio Peralta

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