¡Tienes que sonreír payasito!

*Melchor García*

“Muchos creen que ser payaso es fácil, cualquiera se puede maquillar, pero no cualquiera te hace reír.”. Así responde Sebastián “El Vagabundo payaso” proveniente de El Perú, al celebrar la liturgia religiosa qué engalanó a payasos de Toluca, quienes en el marco de su día acudieron a la Catedral a dar gracias por un año más de salud, trabajo y la oportunidad de dar alegría a las familias.

La risa es muy contagiosa y el que no sonríe no es feliz, afirman; ahí el genio de cada uno: maquillar las adversidades que puedan estar experimentando para hacer la vida del resto una fiesta de alegría.

“Te maquillas el alma, la tienes destrozada, pero tienes que salir afuera con una sonrisa, no puedes llegar a un show cabizbajo, por ejemplo, con una niña que es su fiesta, pero tienes que salir al 100% como se debe trabajar y sacar una sonrisa porque ellos con su alma nos sonríen.”, comentó el payaso Frijolito.

“Una pequeña parte de nosotros a veces es muy difícil porque detrás de cada personaje traemos muchas cosas, traemos problemas, conflictos, pero siempre dando lo mejor de nosotros para compartir un poco de la alegría que le hace falta su mundo.”, expresó Guapachuy.

Acompañados de sus familias, la mayoría de segunda o esta tercera generación de payasos, afirman que esa es su principal motivación; hacer que el dolor por grande que este sea se olvide, principalmente en los niños, que enfrentan y luchan contra una enfermedad, donde hacer reír, más que una tarea, dicen, debe de su principal motivo.

“Un poquito difícil fue cuando trabajé para niños con cáncer, quedé muy marcado, puesto que era a dos meses que naciera mi bebé, algo que me quedó así muy marcado me motivó a darle muchas alegrías a los niños.”, dijo Patolín.

Por su parte, payaso Coscorrón dijo que “cuando le trabajé a una niña de tres años con cáncer, gracias a Dios que ya está muy bien, la saludo, Camila Vilchis que Dios te bendiga por darnos esas experiencias.”.

En el marco de su día, llaman a las familias a fomentar la alegría como el fruto elemental dentro de los hogares para enfrentar las adversidades. “Hasta un abrazo que le demos a un niño, híjole, que nos ven como un artista, como un muñeco lo abrazas y el niño te abraza y es muy padre, es muy bonito con él gracias de su carita, ya con eso estoy bien pagado.”, refirió Coscorrón.