Un tiempo nuevo
*Aarón Dávila*
Si algo hemos aprendido los seres humanos en tiempos de pandemia, es que en verdad no importa cuánto nos afanemos por tal o cual asunto, las cosas sucederán, exactamente cuándo deban suceder.
También hemos aprendido que el tiempo no detiene su paso, solo sigue a pesar de cualquiera cosa, sin importarle nuestros asuntos personales.
El tiempo es probablemente el mayor recurso con el que contamos los seres vivos y en muchas ocasiones quisiéramos tan solo una cosa: — Más tiempo para vivir —
Lo que haríamos con un tiempo nuevo, con una oportunidad de repetir las cosas trascendentales de la vida, lo que realmente nos marcó positivamente y por supuesto, dejar de lado todo aquello que no aporto nada a nuestra vida.
El sabio Salomón escribió la siguiente reflexión:
“Todo tiene su tiempo Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.”
El tiempo es un gran tesoro, uno que no podemos guardar o postergar, simplemente corre, sigue su paso sin detenerse y consigo, lleva siempre posibilidad.
¿Y tú querido amigo, querida amiga, qué harías con un poco de tiempo nuevo?
Probablemente lo que todos haríamos es aprovecharlo bien, buscar el mejor uso de nuestro tiempo y no desperdiciar ni un poco de este.
Pero…, ¿por qué esperar por milagros, pandemias, enfermedades o sucesos especiales para recapacitar?
Cada día es nuevo y cada uno trae consigo una buena dosis de tiempo por vivir, así es; tiempo nuevo por vivir.
Imaginen conmigo que este es un nuevo día. Recién abrimos los ojos y al abrirlos encontramos que estamos todos; nuestra esposa, nuestro hijo, nuestra hija; ninguno se ha ido, nadie le ha fallado a nadie, no existen rencores entre nosotros ni amargura o desesperanza, estamos todos bien, sanos y amándonos como solíamos hacerlo, sin deudas terribles a causa de mis tantos errores o enfermedades malignas amenazando nuestro existir a cada instante.
Imaginen conmigo tan solo por un instante que hemos hecho lo correcto y no hay de que preocuparse…
El tiempo es un regalo de Dios para nosotros y es uno que debemos usar sabiamente y aprovechar al máximo.
Este día hagamos todo lo que planeamos, no dejemos nada por ver o para después, demos nuestro mejor esfuerzo, vivamos bien, amemos, riamos, lloremos, bailemos, cantemos, alegrémonos con quienes están a nuestro lado, sin afanes, sin mentiras, sin engaños, con nuestro mejor esfuerzo y deseo de vivir bien y llenos de amor y fortaleza y mañana.
Entonces, sin dudarlo, mañana será otro día, dale a cada día su propio afán y esto nada tiene que ver con ser perezosos o dejados, tiene que ver con aprender a vivir ricamente cada instante de nuestra vida, aprovechando bien nuestro tiempo y viviendo con sabiduría aprovechando bien cada instante.
Este es un tiempo nuevo para vivir, hagamos de él el mejor de todos los tiempos.