Violencia, único camino para los jóvenes
*Melchor García*
Desintegración familiar, pérdida de valores, así como la falta de políticas inclusivas para los jóvenes, son los factores que han generado que en nuestro país existan las condiciones para considerar que hay “violencia estructural” hacia este sector de la población.
Natalia Ixchel Vázquez González, investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) advierte que la violencia estructural ha propiciado que la violencia callejera aumente, esto por la falta de oportunidades sobre todo para los jóvenes
“Hay un desequilibrio y una desigualdad, se da la violencia estructural, es decir, no tienes acceso a educación, a oportunidades o tienes un trabajo pero mal pagado o mal reconocido. Eso permea en los proyectos de vida”, comentó.
Lo anterior, a su parecer, provoca desesperanza, desquebrajamiento social, lo que lleva a los jóvenes a que no les importe nada ya que no tienen nada que perder.
Refiere que es necesario que creen políticas públicas que atiendan a este sector de la población de manera transversal, en materia de atención a las necesidades primarias, por ejemplo, de salud.
“Los jóvenes son el sector más en riesgo, ya que siempre han sido mirados desde la mirada adultocrática, las políticas públicas que están encaminadas a ellos los consideran receptores y jamás se ha pensado en ellos como actores. No hay políticas públicas para que un joven tenga acceso a vivienda, los consideran irresponsables y los culpables de todo, y perdón, pero no, el joven es un actor social y se debe encaminar su desarrollo pleno”.
Este escenario ha fomentado que los jóvenes se vayan por el camino de la delincuencia, desde temprana edad, por lo que a los 14 años ya están recluidos en correccionales por diversos delitos, entre ellos robo, homicidio y secuestro.
De acuerdo con datos de la secretaría de Gobernación, en el país alrededor de cinco mil adolescentes han cometido alguna falta grave, por la cual hoy purgan una condena en la cárcel. El 22 por ciento de este sector cometió homicidio (uno o varios), 35 por ciento robo con violencia, 15 por ciento robo de vehículo, y 15 por ciento más el delito de secuestro.
De estos se desprende que apenas la mitad llegó a cursar de estudio la secundaria, cinco de cada 10 abandonó su hogar, la mayoría por situaciones de violencia familiar, y de estos el mismo porcentaje tenía uno o algunos familiares en la cárcel.